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VV.AA., Épica y conflicto religioso en el siglo XVI. Anglicanismo y luteranismo desde el imaginario hispánico, ed. Javier Burguillo y María José Vega, Londres, Tamesis, 2021, 238 pp. ISBN: 978-18-55663-35-0

Hipogrifo. Revista de literatura y cultura del Siglo de Oro, vol. 10, núm. 2,

Instituto de Estudios Auriseculares

Luca Zaghen

Università degli Studi di Pavia ITALIA, Italia

Recibido: 31/05/2022

Aceptado: 28/06/2022

El objetivo del volumen editado por Tamesis se declara al principio de la introducción firmada por los dos editores, Javier Burguillo y María José Vega, titulada Épica hispánica y reforma religiosa (pp. 1-11): «Este libro examina la representación del conflicto religioso en la poesía épica hispánica del siglo xvi», y lo hace fundamentalmente a través de un corpus, cuyo núcleo principal corresponde a una serie de poemas épicos que narran y reelaboran unos hechos históricos pertenecientes a un marco cronológico de poco más de 40 años, desde el enfrentamiento entre Carlos V y la Liga de Esmalcalda (en el bienio 1546-1547) hasta la derrota de la Armada Invencible en 1588. Dentro de este mismo contexto histórico se redactaron, y en parte publicaron, las obras aquí estudiadas, de modo que reflejan el carácter típico de la epopeya española del siglo xvi, a menudo fundada en hechos del presente o del reciente pasado nacional. Las características fundamentales del corpus examinado son, por un lado, la presencia de un “otro”, cuya distancia de la ortodoxia se mide dentro del mismo ámbito de la cristiandad y, por otro, la escasa o nula atención que la crítica literaria ha reservado a estas obras y a sus autores por lo menos hasta el principio del siglo xxi, cuando «se ha producido una notabilísima renovación en los estudios sobre la épica hispánica, que han adoptado nuevas perspectivas de análisis o han traído a primer plano algunos textos y problemas descuidados de la producción literaria quinientista» (p. 1). Al examen y a las reflexiones sobre este conjunto de obras se une el estudio de otras dos formas artísticas contemporáneas —la celebración fúnebre y el auto sacramental— para arrojar, según las palabras de los mismos editores, «nueva luz sobre los modos de representación específicos del género épico» (p. 6). De este modo, se componen las dos partes del libro: Épica y conflicto: Mühlberg, Londres, Amberes (pp. 13-147) y Lecturas en contrapunto: la fiesta y la escena (pp. 149-218), constituidas respectivamente por cinco y tres capítulos, escritos por destacados especialistas en estas materias.

El capítulo inicial de la primera parte constituye una segunda introducción al estudio de los poemas que narran directamente el conflicto de los años 1546- 1547 (o, por lo menos, se encuentran influidos por el relato oficial que la corona de España elaboró a partir de los mismos hechos históricos). En este sentido, por una parte, Burguillo y Vega abren el volumen subrayando la importancia y la novedad del análisis del corpus, definiendo la épica quinientista como «un agente activo de la representación, que aspira a intervenir en la construcción de la memoria oficial y a determinar la acción política» (p. 2) mientras que «actualiza, […] incesantemente, los modelos clásicos […] para configurar la interpretación del presente» (p. 3), por otra parte, el trabajo de C. Esteve («La victoria más grande de Carlos V. Historia, épica y propaganda de la guerra de Alemania») muestra, a partir del análisis del Comentario de la Guerra de Alemaña hecha de Carlos V de Luis de Ávila y Zúñiga, la génesis de la narración imperial oficial de la guerra contra la Liga de Esmalcalda.

El autor estudia la presencia de algunas huellas del Comentario en la narración y reelaboración épica del conflicto, donde recibió un énfasis particular el episodio de la batalla de Mühlberg y, dentro de este, el momento del paso del Elba. En el segundo capítulo, conformado por el trabajo de L. Vilá («“En la Germania el gran César venido”. La guerra contra la Liga de Esmalcalda en la épica sobre Carlos V») destaca otra vez la importancia de la influencia de la obra de Ávila y Zúñiga en poemas épicos que «otorgan a un conflicto que se desarrolló en términos bastante prosaicos y cuyo éxito fue más limitado de lo que la propaganda regia pretendía una naturaleza heroica que pasaba por someter la verdad a la gloria del César guerrero y al elogio de la infantería española» (p. 62). Los dos estudios se complementan, por tanto, casi a la perfección, y ofrecen al lector una visión de conjunto de los hechos históricos y de su representación en la crónica y en la poesía del momento, tanto que parece podrían condensarse en un único estudio a cuatro manos, con la figura de Ávila y Zúñiga actuando como trait d’union.

La complementariedad entre parejas de capítulos se presenta otras veces dentro del volumen, como puede observarse entre el tercer capítulo (Á. Alonso, «Épica y Reforma en Inglaterra: Cristóbal de Tamariz y los mártires cartujos») y cuarto capítulo (J. Burguillo, «Primeras notas sobre la Historia del glorioso martirio de Edmundo Campiano, poema épico escrito en Perú hacia 1588»), donde el análisis se centra en dos poemas épicos religiosos relacionados con otros tantos episodios de la violenta represión del catolicismo en Londres después de la Reforma de Inglaterra (aparece aquí la lucha entre catolicismo y anglicanismo, o sea la otra cara de la crisis religiosa europea del siglo xvi). Ambos autores se enfrentan con obras que reelaboran material previo caracterizado por su heterogeneidad (crónicas, relatos, poemas… y en el caso de la Historia del glorioso martirio de Edmundo Campiano también estampas, y por tanto una representación gráfica de los hechos), mientras que sus respectivas reescrituras épicas llevan a resultados distintos: una imitatio Christi para la historia de los mártires cartujos escrita por Cristóbal de Tamariz, cuyas alusiones épicas clásicas sobresalen gracias al análisis de Álvaro Alonso; una vívida narración, apta para la contemplación y al mismo tiempo proyectada hacia las auspiciadas hazañas de la Armada Invencible en el caso del poema de Herrera sobre Edmund Campion y los otros mártires ingleses ajusticiados entre 1581 y 1582.

En el quinto capítulo («El hereje desde la “épica de la pólvora”: los rebeldes de Flandes vistos por los tercios españoles»), P. Pintacuda analiza la representación de la herejía luterana en un pequeño corpus de poemas épicos, cuya peculiar característica es el hecho de haber sido compuestos y protagonizados (y en larga parte consumidos) por los representantes de los tercios del ejército imperial que participaron en las primeras fases de la guerra de los Ochenta Años. Tras haber centrado su discurso sobre El sitio y toma de Amberes de Miguel Giner, el autor analiza en menor medida la Breve relación en octava rima sobre la expedición del duque de Alba de Baltasar de Vargas, La inquieta Flandes de Cristóbal Rodríguez Alba y las Guerras civiles de Flandes de Pedro Alfonso Pimentel. Pese a la «parvedad de las muestras léxicas rastreadas en las octavas del poema» de Giner (p. 136) —este estudio siempre toma como punto de partida el texto de los poemas analizados—, el análisis del Sitio y toma de Amberes muestra un autor muy poco proclive a la representación del conflicto militar como enfrentamiento religioso. No obstante la afirmación de Pintacuda sobre la necesidad de realizar una investigación más profunda (p. 138), esto parece corroborar algunas de las tesis de Miguel Martínez, a cuyos trabajos el autor del capítulo remite constantemente como principal referencia bibliográfica, con el objetivo de proponer un avance en el estudio del subgénero. Los caracteres específicos de la guerra experimentada por los tercios —en particular, aquella «hermandad entre soldados pertenecientes a distintas naciones y religiones, hasta entre enemigos»— llevaría a una situación en que «la herejía dejaría de ser un aspecto (inmediatamente) significativo para quienes están celebrando y reivindicando el valor y el empeño real de los hombres de arcabuz y pica que en primera persona defienden la monarquía hispánica» (p. 137), cuyo heroísmo es elemento fundamental para justificar la pertenencia de sus obras al género épico (p. 146). Asimismo, si en el caso de los poemas de Baltasar de Vargas y Pimentel la representación de los rebeldes de Flandes como herejes parece más marcada, cabe destacar la influencia de la narración imperial a la altura del principio de la guerra en la Breve relación de Vargas y los pocos datos a disposición para las Guerras civiles de Flandes que impiden una visión completa y de conjunto. En cambio, con relación al caso de La inquieta Flandes, Pintacuda señala cómo la postura de Rodríguez Alba se acerca mucho a la de Giner cuando, a partir del exordium, el autor se muestra capaz de reelaborar libremente su modelo fundamental —La Araucana de Ercilla—, evitando representar al enemigo como bárbaro y describiendo los tercios españoles como hombres que luchan sobre todo porque han sido enviados por España a Flandes.

Con el quinto capítulo se concluye la primera parte del volumen y se prosigue con aquellas “lecturas en contrapunto” al análisis del conflicto religioso en la épica de siglo xvi. De este modo, en el sexto capítulo (J. F. Pascual Molina, «Ceremonia y propaganda. Las honras fúnebres en tiempos de María Tudor como expresión del conflicto religioso inglés») se informa al lector sobre una serie de ceremonias fúnebres celebradas bajo el reinado de María Tudor. El último intento programático de restauración de la religión católica en Inglaterra, impulsado por la reina y su corte, queda bien reflejado en la parábola que empieza con los funerales de su hermano Eduardo VI y termina con los del cardenal Pole, decretando su fracaso. Aquí el conflicto religioso queda en gran parte al nivel abstracto de la interpretación ideológico-simbólica del aparato escénico, para hacerse más patente en la oratoria sacra que acompañaba las celebraciones. Posteriormente, se continúa con un breve excurso dedicado a las exequias en honor de Carlos V al principio del reinado de Isabel I, y a las que se dedicaron a los reales ingleses en España a lo largo del mismo período analizado. En una comparación con la presentación del capítulo en la introducción, cabe percatarse de que el intento original de Pascual Molina era analizar la fiesta cortesana a través de una mirada dedicada al «fasto de bodas y funerales» que «mostró las relaciones hispano-inglesas y el variable grado de cercanía o distanciamiento entre ambas potencias» (p. 9).

Más adelante, aparece una nueva pareja de capítulos, pues tanto el séptimo (J. Gamba Corradine, «La herejía en las tablas: economía y doctrina en la Farsa sacramental de la moneda del Códice de autos viejos») como el octavo (M. M. García-Bermejo Giner, «La exaltación eucarística como estrategia antiluterana en el Códice de autos viejos») se centran en la representación del conflicto religioso dentro de dos autos sacramentales transmitidos por la afamada recopilación del siglo xvi. En ambos casos, es necesario subrayar una presencia “silenciada” de las ideas protestantes y una exaltación del dogma eucarístico típica del género examinado. Este par de capítulos presenta un largo comentario crítico sobre la presencia de la Reforma protestante y la figura del luterano en el teatro español de los siglos xvi-xvii (en el caso de Gamba) y sobre los caracteres peculiares del Códice de autos viejos y los diferentes intentos de organización crítica de las obras recopiladas, plantado por García-Bermejo Giner. Se trata de análisis que ayudan a enfocar el objetivo de esta parte final del volumen, pero que desafortunadamente quitan espacio a un estudio más detenido sobre el texto de los autos, quizás la parte menos desarrollada si parangonamos estos trabajos, por ejemplo, con los de Alonso, Burguillo y Pintacuda: se hace patente, en este caso, cierto carácter heterogéneo del volumen que la división de los capítulos en dos grupos distintos y la introducción de los editores logran allanar solo en parte.

A excepción del trabajo de Gamba Corradine, a lo largo del volumen es muy evidente el intento de los autores de hacer dialogar sus escritos con otros medios de comunicación (particularmente visuales, como las estampas y grabados) relacionados con la obra o las obras analizadas en cada capítulo, y que, en su conjunto, presentan al lector una galería de imágenes vinculadas con el conflicto religioso del siglo xvi en sus distintos matices (desde la representación de acciones bélicas al patetismo de la narración martirial), cuyo propósito parece encaminarse a ampliar el conocimiento de los lectores en este ámbito. Así pues, puede observarse que la tentación de recurrir a Tiziano se da solo en la cubierta, que presenta un particular de La Religión socorrida por España. Asimismo, el Carlos V en la Batalla de Mühlberg se cita solo en passant (p. 60), aunque su reproducción encajaría perfectamente con los estudios de Esteve y de Vilá. Una selección no banal, por tanto, que el lector puede ojear ya antes de la lectura gracias al índice presente al principio del volumen (pp. IX-X).

El abanico de estudios presente en este volumen cumple con el objetivo de los editores y amplía el horizonte de la investigación en los ámbitos de la épica hispánica del siglo xvi y de las distintas formas de representación del conflicto religioso en el seno de la cristiandad. Las sugerencias sobre futuras directrices de investigación son numerosas y atestiguan la vitalidad del interés crítico por los campos de estudio citados, de modo que se convierte en una buena noticia para el especialista y lector ideal del volumen.

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