Secciones
Referencias
Resumen
Fuente
Cómo citar
Buscar
Loa «Escuche mi voz el orbe» de sor Juana Inés de la Cruz: edición crítica
Loa «Escuche mi voz el orbe» by sor Juana Inés de la Cruz. Critical edition

Hipogrifo. Revista de literatura y cultura del Siglo de Oro, vol. 6, núm. 2, 2018

Instituto de Estudios Auriseculares

J. Enrique Duarte

Universidad de Navarra, España



Fecha de recepción: 14 Agosto 2018

Fecha de aprobación: 11 Septiembre 2018

Resumen: El autor de este artículo presenta la edición crítica de la loa de sor Juana Inés de la Cruz «Escuche mi voz el orbe». Se han tenido en cuenta cinco testimonios, que han permitido establecer con garantías un texto crítico, mostran­do que esta loa tiene una historia textual diferente a otras de la misma autora. La edición va acompañada de una anotación que indica sus claves y facilita la com­presión del texto. Además de la edición, se muestra la estructura métrica.

Palabras clave: Sor Juana Inés de la Cruz, loa «Escuche mi voz el orbe», edición crítica, anotación, estructura, métrica.

Abstract: The author presents a new critical edition of a «Loa» by sor Juana «Escuche mi voz el orbe». The edition is composed using five testimonies, showing that this Loa has a different textual history compared to other works by sor Juana. The edition is also provided with a precise annotation to clarify the passages of more complexity and facilitate its understanding.

Keywords: Sor Juana Inés de la Cruz, Loa «Escuche mi voz el Orbe», Critical Edition, Annotation, Structure, Metrics.

1. Introducción: atribución y fecha

La loa de sor Juana Inés de la Cruz «Escuche mi voz el orbe» presenta un pano­rama textual bastante diferente al acostumbrado en otras loas. No obstante, pare­ce que esta pieza no presenta dudas de autoría como explica Méndez Plancarte en el tercer volumen de las Obras completas, quien la relaciona con la loa «Aunque de la vida son» 1 :

Al igual que la loa anterior, saluda a los Marqueses de la Laguna, sin aludir todavía a su hijito. Esta y aquella, pues, deben fecharse el 6 de noviembre de 1681 y 82, quedando incierto el año de cada cual 2 .

2. Métrica y resumen argumentativo

vv. 1-98: Romance en agudas. La loa se abre con dos coros que cantan dentro (vv. 1-6 y 7-12 con versos octosílabos y dodecasíla­bos) celebrando que ese día es el del sol y el mayor día que el Cielo formó. El Tiempo sale (vv. 13 y ss.) preguntándose cómo es posible que, siendo 6 de noviembre y uno de los días más cortos del año, la música insista continuamente en esa idea (pasajes cantados en los versos 40-41, 49-50, 68-69) y pide ayuda para que alguien le alumbre en su ciega confusión. Salen los personajes del Cielo y el Sol (vv. 97-98) como volun­tarios para explicar los misterios de ese día.

vv. 99-126 Endechas reales. Mezcla de versos heptasílabos y endecasí­labos en los que el Tiempo se dirige al Cielo y al Sol y estos le piden que escuche la música de las esferas.

vv. 127-142 Romance é-o. La música de los Coros le comunica al dudoso Tiempo que es el día del natalicio del rey Carlos II, por lo que el día no es largo por la extensión, sino por el privilegio de ha­ber nacido el rey en esa fecha. Dentro de la respuesta de los dos coros encontramos dos pasajes cantados (vv. 131-134 y 139-142 con una métrica irregular y rima en á-e).

vv. 143-156 Romance ú-a: el Cielo y el Sol consideran solucionadas las dudas, pero el Tiempo insiste, necesitando que expliquen mejor la situación.

vv. 157-168 Romance en aguda: la Música se esfuerza en ofrecerle argumentos: Carlos II es un luminar más hermoso y sus rayos deslucen el Sol material.

vv. 169-189 Pasaje de estructura métrica compleja. Para Méndez Plancarte, se trata de una: «Rara estructura estrófica. Quintetos de versos de 8 y tres versos de 11, aconsonantados con este esquema: “a-b-B-A-A”; y tras cada uno de ellos, un pareado de 5 y de 11 ó 12, con una misma asonancia» 3 . La Música, el Cielo y el Sol insisten en sus argumentos y piden al Tiempo que se deje convencer para no ser obstinado. Al final, el Tiempo queda convencido.

vv. 190-233 Romance é-o: con una estructura semejante a las endechas reales, con tres versos octosílabos o heptasílabos y un verso endecasílabo 4 . Para celebrar el natal de Carlos II, los perso­najes van a iniciar las celebraciones cantando, insertando en los versos 206 al 211 versos hexasílabos con la misma rima del romance.

vv. 234-317 Romance é-a: en combinación con pasajes cantados con otros metros aunque con la misma rima. La Juventud quiere parar la fiesta porque en lugar de felicitar al rey, están cele­brando sus grandezas. A esta objeción responde el Tiempo, advirtiendo que festejar las excelencias del rey no se escapa del asunto de los años. La Prudencia aparece avisando que rige todas las acciones del joven monarca. A esta le sigue la Felicidad, ya que si la Prudencia es la que manda, las conse­cuencias serán felices. Los argumentos del Tiempo, Pruden­cia y Felicidad están subrayados por pasajes cantados con una combinación de cuatro versos heptasílabos y pentasíla­bos en los versos 268-271, 296-299 y 314-317.

vv. 318-449 Romance í-e: todos los personajes celebran los años del rey y se inicia el recuerdo de los grandes personajes de la corte: la Prudencia elogia a la reina francesa, María Luisa de Orleans, el Cielo celebra a la reina madre, Mariana de Austria, y la Feli­cidad invoca al virrey y a su consorte a los que celebran el Sol y el Cielo. Se acaba la loa con las alabanzas al público, a la ciudad y a las damas y su belleza. Encontramos pasajes can­tados de versos pentasílabos y endecasílabos con la misma rima del romance en los versos 326-331, 366-369, 390-393 finalizando la loa con un pasaje cantado en versos dodecasí­labos con la misma rima (vv. 446-449).

3. Estudio textual

A diferencia de otras ediciones de las loas de sor Juana que he publicado 5 , el texto de «Escuche mi voz el orbe» se encuentra en cinco testimonios, cuyos da­tos y siglas aporto en el apartado dedicado a las variantes. Méndez Plancarte enu­mera alguno de los testimonios en los que aparece esta loa 6 , aunque yo he podido encontrar esta loa en las páginas de otro testimonio: las Obras poéticas de la musa mexicana de 1715.

3.1. MP frente al resto de testimonios

Hay una serie de variantes que separan la edición moderna realizada por Mén­dez Plancarte frente al resto de testimonios y que merecen ser comentadas.

Tabla - 01


En primer lugar, podemos decir que las lecturas de los versos 46 y 48 son un poco confusas en los testimonios antiguos (el sol desmiente que los días sean tan largos en septiembre), por lo que el modo del verbo en indicativo me parece más apropiado para estos dos pasajes. En el verso 54 encontramos otra variante similar, pues la lectura de MP es mejor que la del resto de testimonios, mientras que en el verso 67 mantengo la lectura de la princeps. Creo que el v. 152 muestra un error en todos los testimonios salvo MP (la lectura de la edición moderna es más clara), muy parecido al que encontramos en el verso 253, aunque en este caso prefiero la lectura de SV. En el verso 219, MP introduce un verso que es necesario para el equi­libro de la estructura métrica, como he tratado de demostrar en el apartado anterior dedicado a la métrica. En el verso 344, la lectura que ofrece la edición de Méndez Plancarte es más apropiada y en el verso 449 SV, ST y OP añaden dos sílabas más, por lo que prefiero también la lectura de la última edición que sigue la disposición semejante del verso 331.

Otras variantes tienen más que ver con la forma de la lengua en siglo XVII. La variante del verso 6 muestra una modernización de MP en el término proprio que prefiero respetar 7 y que afecta también a otros versos (41, 69 y 251). De igual ma­nera, mantengo la forma típica de la lengua del XVII en otras expresiones como reduzga (v. 154), asumpto en lugar de asunto (vv. 234, 258, 297 y 442) o esempto en lugar de exento (v. 297).

MP muestra una tendencia, como se ha podido ver en otras loas que he editado, a una sustitución del pronombre le por lo (74, 118, 139 y 198) que no sigo, respe­tando la forma que presenta SV 8 .

Por último, tengo que recordar que la edición de Méndez Plancarte divide el tex­to en escenas (vv. 1, 96, 142, 201, 233, 271, 299, 317) y que ignoro tal división.

Testimonios SV, ST, OP y E8

Un rápido análisis de las lecturas proporcionadas por el aparato de variantes nos demuestra que SV es el modelo de las dos ediciones posteriores ST y OP. Si se revisa con cierto cuidado las ediciones de SV y ST se verá que ST es una copia a plana y reglón de SV y que OP coincide con la disposición de ST incluso en el número de las páginas. No ocurre lo mismo con E8 cuya disposición tipográfica es bastante diferente a los anteriores testimonios.

Por su parte, ST presenta lecturas propias que el resto de testimonios corrigen en el verso 105 (error al duplicar una preposición en) y el verso 333 (donde prefiero la lectura del resto de testimonios).

En cuanto a OP, no resulta modelo de las otras ediciones por la fecha en la que fue publicada y por una serie de lecturas propias en los versos 180 (lectura equipo-lente), 294 (donde encontramos una pequeña errata) y el 395 con un caso seme­jante (donde la lectura de este testimonio rompe el sentido del verso).

El caso de E8 es particular, pues no presenta variantes propias y sigue la edición de SV, no copiando lecturas de ST ni OP, por lo que debemos pensar que procede de la princeps. La única desviación se produce en el verso 54 ya que corrige la lectura de la príncipe y coincide con MP.

Teniendo en cuenta estos datos extraídos del aparato de variantes, propongo el siguiente estema para esta loa:




En definitiva, para esta edición, realizo una edición ecléctica partiendo del texto base que proporciona SV (Segundo volumen de las obras de soror Juana Inés de la Cruz) al que añadimos distintas variantes propuestas por los otros testimonios, especialmente MP. Resumiendo, corrijo las lecturas de los versos 46 y 48 (que con­sidero errónea la lectura de SV, ST y OP) y admito la lectura de MP en el verso 54, 67, 219, 344 y 449 por las razones que he aportado en el estudio textual. También ignoro la división en escenas que realiza la edición de Méndez Plancarte.

En esta edición sigo también los criterios propuestos por el equipo de investiga­ción GRISO, ateniéndome a los criterios que para las obras de sor Juana ha mar­cado Ignacio Arellano en sus artículos 9 . Modernizamos grafías que no tienen rele­vancia fonética, respetando aquellos términos con una pronunciación ligeramente diferente en la época de sor Juana (reduzga, asumpto, propria, esempto). Regulari­zamos el empleo de mayúsculas y acentos según la práctica actual y los nombres de los locutores los desarrollamos y regularizamos. En el caso de cancioncillas, estribillos, etc., muy frecuentes en el teatro áulico en general, y especialmente en las loas de sor Juana, que se copian en las impresiones de forma abreviada, las desarrollamos completas, numerando los versos reales que se pronuncian en la representación teatral. Anotamos todos aquellos aspectos que pueden aclarar el sentido de los pasajes dificultosos para que el lector de este momento pueda en­tender correctamente la loa.

Bibliografía

Agustín de Hipona, san, La ciudad de Dios; Vida de san Agustín, ed. Santos Santa-marta del Río, et al., Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 2013.

Alatorre, Antonio, «Hacia una edición crítica de sor Juana», Nueva Revista de Filolo­gía Hispánica, LI, 2, 2003, pp. 439-526.

Arellano Ayuso, Ignacio, «A propósito de sor Juana Inés de la Cruz y la edición de textos del Siglo de Oro», Taller de Letras, NE1, 2012, pp. 15-32.

Bances Candamo, Francisco Antonio, Teatro de los teatros de los pasados y pre­sentes siglos, ed. Duncan W. Moir, London, Tamesis Books, 1970.

Calderón de la Barca, Pedro, El año santo de Roma, ed. Ignacio Arellano y Ángel L. Cilveti, Pamplona / Kassel, Universidad de Navarra / Reichenberger, 1995.

Calderón de la Barca, Pedro, El divino Jasón, ed. Ignacio Arellano y Ángel L. Cilveti, Pamplona / Kassel, Universidad de Navarra / Reichenberger, 1992.

Calderón de la Barca, Pedro, El divino Orfeo, ed. J. Enrique Duarte, Pamplona / Kas­sel, Universidad de Navarra / Reichenberger, 1999.

Calderón de la Barca, Pedro, El gran mercado del mundo, ed. Ana Suárez Miramón, Pamplona / Kassel, Universidad de Navarra / Reichenbeger, 2003.

Calderón de la Barca, Pedro, El nuevo hospicio de pobres, ed. Ignacio Arellano, Pam­plona / Kassel, Universidad de Navarra / Reichenberger, 1995.

Calderón de la Barca, Pedro, En la vida todo es verdad y todo mentira, en Comedias. 3: tercera parte de Comedias, ed. Donald W. Cruicksank, Madrid, Fundación José Antonio de Castro, 2006, pp. 17-144.

Camos, Marco Antonio, Microcosmía y gobierno universal del hombre cristiano para todos los estados y cualquiera de ellos. Dirigido a don Antonio de Car­dona, duque de Sessa y Soma, del Consejo del Rey nuestro señor y por su majestad embajador de España en Roma. Va por diálogos dividido en tres partes. En la primera se trata de las personas reales y de su gobierno de paz y guerra, consejos y ministros. En la segunda, del gobierno político, magistra­dos y personas ocupadas en ellos; y de la Economía y estados a la República necesarios. En la tercera y última de la Monarquía eclesiástica y personas de este estado y religiosos, Barcelona, Pablo Malo, 1592.

Canisio, Pedro, Doctrina cristiana, ed. Rafael Zafra, Palma de Mallorca, José J. de Olañeta, 2014.

Carranza, Bartolomé de, Comentarios sobre el catechismo christiano, ed. José Ig­nacio Tellechea Idígoras, Madrid, Editorial Católica, 1972, 3 vols.

Covarrubias Horozco, Sebastián de, Tesoro de la lengua castellana o española, ed. Ignacio Arellano y Rafael Zafra, Madrid / Frankfurt am Main, Iberoamericana / Vervuert, 2006.

Duarte, J. Enrique y Blanca Oteiza, «Loa Al luminoso natal de sor Juana Inés de la Cruz: Edición crítica», Taller de Letras, NE 1, 2012, pp. 95-137.

Duarte, J. Enrique, «Loa Si la tórrida de sor Juana Inés de la Cruz: Edición crítica», Taller de Letras, NE 1, 2012, pp. 63-94.

Duarte, J. Enrique, «Sor Juana Inés de la Cruz. Loa “Hoy, al clarín de mi voz”», en «Estos festejos de Alcides». Loas sacramentales y cortesanas del Siglo de Oro, ed. Carlos Mata Induráin, New York, IDEA, 2017a, pp. 169-200.

Duarte, J. Enrique, «Sor Juana Inés de la Cruz. Loa “Aunque de la vida son”», en «Es­tos festejos de Alcides». Loas sacramentales y cortesanas del Siglo de Oro, ed. Carlos Mata Induráin, New York, IDEA, 2017b, pp. 201-233.

Fernández de Medrano, Sebastián, Breve descripción del mundo y sus partes o guía geográfica y hidrográfica, dividida en tres libros, Bruselas, Herederos de Fran­cisco Foppens, 1686.

García Valdés, Carmen Celsa, «La Biblia en la obra literaria de sor Juana Inés de la Cruz», en La Biblia en la literatura del Siglo de Oro, ed. Ignacio Arellano y Ruth Fine, Madrid / Frankfurt am Main, Iberoamericana / Vervuert, 2010, pp. 168-189.

Gracián, Baltasar, El Criticón, ed. Miguel Romera-Navarro, Philadelphia, University of Pennsylvania Press, 1938-1940, 3 vols.

Grimal, Pierre, Diccionario de mitología griega y romana, Barcelona, Paidós, 1989.

Isidoro de Sevilla, san, Etimologías, 2. (Libros XI-XX), ed. José Oroz Reta y Manuel-Antonio Marcos Casquero, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1983.

Juana Inés de la Cruz, sor, Obras completas de sor Juana Inés de la Cruz, ed. Alfon­so Méndez Plancarte, México, Fondo de Cultura, 1951-1955, 3 vols.

Lapesa, Rafael, Historia de la lengua española, Madrid, Gredos, 1988.

Long, Pamela H., Sor Juana / Música: How the Décima Musa Composed, Practiced and Imagined Music, Nueva York, Peter Lang, 2009.

Macarte y Díaz, Dionisio, Lecciones de navegación o principios necesarios a la ciencia del piloto, Madrid, Imprenta de Sancha, 1801.

Manero Sorolla, Mª. Pilar, Imágenes petrarquistas en la lírica española del Renaci­miento: repertorio, Barcelona, PPU, 1990.

Maravall, José Antonio, Teoría del estado en España en el siglo XVII, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1997.

Martínez, Henrico, Repertorio de los tiempos y historia natural desta nueva España, México, Imprenta de Henrico Martínez, 1606.

Márquez, Juan, El gobernador cristiano deducido de la vida de Josué, príncipe del pueblo de Dios, Madrid, Imprenta y librería de don Manuel Martín, 1773.

Pérez de Moya, Juan, Philosofía secreta de la gentilidad, ed. Carlos Clavería Arza, Madrid, Cátedra, 1995.

Poot Herrera, Sara, «La poesía inicial de sor Juana ya en el “virreinato de filigrana”», Anthropos: cuadernos de cultura crítica y conocimiento. Dedicado a: sor Jua­na Inés de la Cruz. La construcción de lo femenino en su obra «menor». Los mundos cortesano y festivo de loas y villancicos, 243, 2014, pp. 15-32.

Real Academia Española, Diccionario de Autoridades, Madrid, Gredos, 1990, 3 vols.

Real Academia Española, Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrónico delespañol. <https://www.rae.es>

Real Academia Espanola, Diccionario de la lengua española, Madrid, 2017.

Ripa, Cesare, Iconología. Tomos I y II, Madrid, Akal, 2002.

Saavedra Fajardo, Diego de, Empresas políticas, ed. Sagrario López Poza, Madrid, Cátedra, 1999.

Séneca, Lucio Aneo, Epístolas morales a Lucilio, I: Libros I-IX, epístolas 1-80, ed. Antonio Fontán e Ismael Roca Meliá, Barcelona, RBA Editores, 2008.

Suárez de Figueroa, Cristóbal, Plaza universal de todas ciencias y artes, ed. Mauri­cio Jalón, Valladolid, Junta de Castilla y León, Consejería de Cultura y Turismo, 2006, 2 vols.

Tosca, Tomás Vicente, Compendio matemático en que se contienen todas las ma­terias más principales de las ciencias que tratan de la cantidad. Tomo VII que contiene la astronomía, Madrid, Imprenta de Antonio Marín, 1727.

Vitoria, Baltasar de, Primera parte del teatro de los dioses de la gentilidad, Valencia, Herederos de Crisóstomo Garriz, 1646.

TEXTO DE LA LOA «ESCUCHE MI VOZ EL ORBE»DE SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ



TEXTO DE LA LOA



TEXTO DE LA LOA (Cont)



TEXTO DE LA LOA (Cont)



TEXTO DE LA LOA (Cont)



TEXTO DE LA LOA (Cont)



TEXTO DE LA LOA (Cont)



TEXTO DE LA LOA (Cont)



TEXTO DE LA LOA (Cont)



TEXTO DE LA LOA (Cont)



TEXTO DE LA LOA (Cont)



TEXTO DE LA LOA (Cont)



TEXTO DE LA LOA (Cont)



TEXTO DE LA LOA (Cont)



TEXTO DE LA LOA (Cont)



TEXTO DE LA LOA (Cont)

Variantes «Escuche mi voz el orbe»

1. Testimonios

SV: Segundo volumen de las obras de soror Juana Inés de la Cruz, monja profesa enel monasterio del señor san Gerónimo de la ciudad de México, Sevilla, porTomás López de Haro, 1692, pp. 351-360. Biblioteca digital hispánica:<http://bdh.bne.es/bnesearch/CompleteSearch.do?field=todos&text=Sor+Juana+In%c3%a9s+de+la+Cruz&showYearItems=&exact=on&textH=&advanced=false&completeText=&pageSize=1&pageSizeAbrv=30&pageNumber=13> (6-11-2017)

ST: Segundo tomo de las obras de soror Juana Inés de la Cruz, monja profesa en elmonasterio del señor san Gerónimo de la ciudad de México, anadido deesta segunda impresión por su autora, Barcelona, Joseph Llopis, 1693,pp. 275-284.

OP: Obras poéticas de la musa mexicana soror Juana Inés de la Cruz, religiosa profesaen el monasterio del gran Padre y doctor de la Iglesia S. Gerónimode la ciudad de México, Madrid, Imprenta Real, 1715, pp. 275-284. Bibliotecadigital hispánica: <http://bdh.bne.es/bnesearch/CompleteSearch.do?field=todos&text=Sor+Juana+In%c3%a9s+de+la+Cruz&showYearItems=&exact=on&textH=&advanced=false&completeText=&pageSize=1&pageSizeAbrv=30&pageNumber=11> (6-11-2017).

E8: Segundo tomo de la obras de soror Juana Inés de la Cruz, monja profesa enel monasterio del señor san Gerónimo de la ciudad de México, Madrid,Imprenta de Angel Pascual Rubio, 1725, pp. 255-264.

MP: Loa a los años del Rey (III) (376), en Obras completas de Sor Juana Inés dela Cruz, ed. A. Méndez Plancarte, México, Fondo de Cultura Económica,1955, vol. 3, pp. 313-330.

2. Variantes



Variantes

Notas

1. Ver la edición crítica de la loa, Duarte, 2017.

2. Sor Juana, Obras completas, ed. Méndez Plancarte, vol. 3, p. 664. Ver también Poot Herrera, 2014, pp. 27-28, donde realiza un inventario de las loas y habla de esta en los siguientes términos: «“Loa a los años del Rey [III]” (376; II, p. 351; 449 vs.); “Escuche mi voz el orbe”. Podría situarse el 6 de noviembre de 1681 o 1682. El rey cumpliría 20 o 21 años. El hijo de los virreyes aún no había nacido (nace en julio de 1683). Ya con esta loa se marcaba una tradición de loar año con año al joven monarca, hijo de una reina que tenía cerca de ella a personajes que conocieron, leyeron y admiraron a sor Juana Inés de la Cruz, la autora más puntual en las alabanzas de aniversarios cortesanos».

3. Ver sor Juana Inés, Obras completas, vol. 3, p. 668.

4. En esa estructura es necesario el verso 219 para regularizar esa combinación de tres versos octosílabos o heptasílabos más un verso endecasílabo y que los originales han perdido.

5. Ver Duarte y Oteiza, 2012; Duarte, 2012; 2017a y 2017b.

6. Ver Obras completas, ed. Méndez Plancarte, vol. 3, p. 664: «II, 1692, 351; 1693, 275; 1725, 255».

7. Proprio es la forma etimológica de proprium, muy corriente en el Siglo de Oro. La moderna propio también era usual en el siglo XVII, pero aquí respeto las lecturas de la príncipe. Ver Calderón, El divino Jasón, n. a v. 158.

8. Ver Alatorre, 2003, pp. 506 y 507: «Merece una consideración el uso de los pronombres le, la y lo en el español de sor Juana. Pedro Henríquez Ureña (citado por MP en nota a 4:107) afirma que ella distinguía entre el lo acusativo y el le dativo, “como se ha hecho siempre en América” (en el español americano no prosperaron ni el leísmo ni el laísmo), y que los casos de le acusativo y la dativo que hay en su obra “se deben a los impresores europeos”» (506). Pero para Alatorre, no es tan claro que sor Juana no cometiese leísmos y laísmos: «creo que así como en una edición crítica debe respetarse —salvo erratas evidentes— el texto de las fuentes primarias, así hay que dejar tal cual la vacilación de le, lo, la, que refleja la realidad de la lengua a fines del siglo XVII».

9. Ver, especialmente, Arellano, 2012, p. 16: «Me interesa señalar, simplemente, algunas orientaciones prácticas […] adaptadas en este caso al proyecto de edición crítica de sor Juana, en el que está actualmente trabajando un amplio equipo internacional coordinado por el Grupo de Investigación Siglo de Oro de la Universidad de Navarra».

vv. 9-10 giros / el pequeño y el mayor: se trata de los dos movimientos de la tierra, el de rotación y elde translación. Se trata del día y del año respectivamente. Ver Fernández Medrano, Breve, pp. 313-314:«Año es espacio de doce meses que comprehenden trescientos y sesenta y cinco días y seis horas que,como he dicho es lo que tarda el sol en rodear o dar una vuelta a la eclíptica». Ver también FernándezMedrano, Breve, p. 314: «El día es natural o artificial; este se entiende por lo que está el sol sobre el horizonte,como desde que nace hasta que muere; y el otro lo que tarda el primer móvil en dar su vuelta queson veinte y cuatro horas». Tosca, Compendio matemático, p. 43: «El movimiento diurno es aquel con elcual la tierra se mueve en espacio de 24 horas alrededor de su centro de poniente a levante, revolviéndosea sí misma. Movimiento anuo es aquel con que la tierra se mueve por la eclíptica de poniente alevante en espacio de un año, según el orden de los signos. El movimiento diurno de la tierra de ponientea levante hace parecer que el sol y estrellas se mueven en 24 horas de levante a poniente. Y el movimientoanuo de la misma tierra por la eclíptica de poniente a levante hace parecer que el sol se muevecon semejante movimiento».

v. 14 métrica suspensión: como la expresión métrica armonía, que utiliza sor Juana en otras loas,estamos ante una expresión enfática para designar el sonido de la música, que produce suspensión, yque necesita orden, proporción y medida. Tomo la nota de El año santo de Roma, v. 14. Ver sor Juana,Loa «Aunque de la vida», vv. 17-20: «¡Con cuanta razón, oh grave, / métrica dulce armonía, / de tan altoheroico asumpto / el alto timbre me aplicas». Ver también n. al v. 119, armonía.

v.19 giros de la esfera: el movimiento de las esferas se produce en el tiempo y a lo largo de él. VerMartínez, Repertorio de los tiempos, s. p.: «De las ciencias humanas en que más el alma se recrea tienela astronomía el primer lugar […] porque si se nota el uniforme y regular movimiento que cada uno delos cielos y planetas guarda en su curso, así en tiempo como en lugar, se ve que va todo por un nivel tancompasado que no lo traspasan jamás un punto, lo cual no solo recrea el alma, pero también mueve adevoción». Para el tiempo que tardan en girar cada una de las diez esferas de la creación, ver FernándezMedrano, Breve, pp. 32-33. Ver sor Juana, Loa «Hoy, al clarín», vv. 13-16: «Hoy, a la dulce armonía / demis bien templadas voces, / los orbes celestes paren / sus movimientos veloces».

v. 35 región: el movimiento de traslación hace que los días naturales sean en noviembre más cortos.

v. 47 blasón: «se toma, casi siempre, por el mismo escudo de armas» (Aut). Aquí en un uso metafóricoya que el estribillo actúa como blasón o alabanza de la representación.

v. 56 v. 56 perfección: no puede haber error en la creación, en cuanto obra de Dios. Por eso a pesar de lacontradicción de la existencia del día mayor, aunque en cuanto luz diurna que recibe sea más corto, elTiempo debe atribuir esa contradicción a su ignorancia. Ver n. anterior a v. 19. Ver Martínez, Repertorio,p. 6: «Toda la máquina del universo mundo es semejante a un individuo, conviene a saber semejante auna persona, y así como en el hombre no hay miembro, parte ni sentido que no sea útil y necesario parala perfección y conservación de la vida, así en el cielo no hay parte ni estrella por mínima que sea queno tenga su particular virtud e influencia, conveniente y necesaria para la perfección y permanencia detodo el cuerpo del mundo».

v. 96 neutralidades: «Indiferencia o indeterminación a uno de los extremos» (Aut).

v. 119 armonía: se trata de la música de las esferas. Ver n. al v. 161 de El divino Orfeo, primera parte, de donde tomo la nota. Los autores del XVII recogen las teorías desarrolladas por los filósofos griegos, los Padres de la Iglesia y algunos humanistas. Platón planteaba que la música de las esferas no era audible para los oídos humanos. Plotino defiende que la misma voz de Dios se oye como eco de la armonía celestial. La idea llega hasta Bances Candamo, Teatro, p. 95: «No solamente han tenido los santos por armónica la fábrica de esos orbes cristalinos, sino su movimiento, asegurando entre otros [Cicerón] que si oyésemos aquella acorde música con que se mueven sus esferas, ensordeciéramos, y que por estar hecho desde el umbral de la vida aquel rumor sonoro […] no le percibimos». Ver también Long, 2009, p. 87, donde comenta esta loa.

v. 122 giración, trepidación y rapto: trepidación: «término astronómico. Movimiento que en el sistemade Ptolomeo y otros se da al cielo cristalino, con que casi insensiblemente y como temblando semueve y mueve las demás esferas desde un polo a otro, discurriendo así para componer la variedad observadaen las declinaciones de las estrellas fijas y puntos de la eclíptica» (Aut). Ver también movimientode trepidación: «es el que hacen los orbes cristalinos de oriente a poniente y de mediodía a septentrión,como bamboleándose hacia estas partes. El cual, según los astrónomos, se imprime en toda la esferay de él provienen varias irregularidades que observan en el movimiento natural de los astros según losmismos» (Aut). Ver movimiento rapto o violento: «Es aquel con que el sol, la luna y demás astros semueven de levante a poniente, con el cual dan todos ellos cada día una vuelta al cielo. Llámase tambiénmovimiento diurno» (Aut). Suárez de Figueroa, Plaza universal de todas las ciencias y artes, vol. 2, pp.531-532, explica estos tres movimientos: «Acerca del movimiento de la misma octava, donde están lasestrellas fijas, combaten asimismo grandemente. Los astrólogos más modernos le dan un movimientode tres suertes: el uno propio llamado trepidación, que se viene a cumplir en siete mil años; otro de giraciónde la nona esfera, cuya revolución no se acaba en menos de cuarenta y nueve mil años; el tercero,de la décima esfera que llamamos movimiento del primer móvil, o movimiento rapto o diurno, que vuelvecada día a su principio en término de un día natural». Macarte, Lecciones de navegación, p. 33: «En losastros o planetas se consideran tres movimientos: común, propio y de trepidación: el común, que tambiénse llama rapto, violento o primero es el que los planetas y estrellas hacen de oriente en occidente enel tiempo de 24 horas. Movimiento propio, que también llaman segundo y natural, es el que ejecutan deoccidente a oriente, en el cual no proceden con igualdad los planetas, porque unos andan más veloz queotros y aun un mismo planeta anda unas veces con más aceleración que otras. Movimiento de trepidaciónes aquel con que cualquiera planeta o astro se inclina hacia alguno de los polos».

v.123 Del coro de mis Musas: porque el personaje es el Sol o Febo, como se le llama en el v. 210. VerPérez de Moya, Philosofía secreta, pp. 255-256: «Que las musas bailen al son de la lira que Apolo tañeen el monte Parnaso es que por Apolo se entiende el principio de toda sabiduría o dador de la sabiduría;y por la Musas, que son muchas, se entienden los que reciben el saber, los cuales no lo reciben todos,mas las partes que les dan. […] En otro modo se puede esto entender, en cuanto Apolo significa el Sol, elcual y los demás planetas y cielos, entendidos por las Musas, se mueven con gran proporción; y porqueel Sol tenemos todos los tiempos y se causa el día, mes y año, etc., que son tiempos y por el movimientodel Sol tenemos medida de todos los planetas y cuerpos celestiales, y a esto dicen bailar las Musas asu son, pues todos son conocidos por él, y dél reciben luz y resplandor. Tener esta lira de siete cuerdasdenota los siete planetas, en medio de los cuales está el Sol, y porque según opinión de Pitágoras, elmovimiento de los cielos causa música, por esto fue a Apolo o al Sol atribuida la música». Ver Grimal,Diccionario de mitología, p. 368: «Existían dos grupos principales de Musas: las de Tracia […] y las deBeocia, a las que se ubicaba en las laderas del Helicón. […] Las Musas del Helicón son colocadas bajo ladependencia directa de Apolo. Él dirige sus cantos en torno a la fuente de Hipocrene».

v. 127 natal: «lo mismo que nacimiento» (Aut). El nacimiento de Carlos II se produjo el 6 de noviembre,como explica el v. 31. Ver sor Juana, Loa «Al luminoso natal», vv. 1-4: «Al luminoso natal / del solhispano monarca / que sin quemar ilumina / y sin ofender abrasa». Ver sor Juana, Loa «Hoy, al clarín demi voz», vv. 5-6: «Hoy, para el natal de Carlos, / vistan libreas los montes».

v. 146 repugna: «En la filosofía es la imposibilidad que tienen dos cosas o dos términos de verificarsede un sujeto a un mismo tiempo» (Aut). Ver sor Juana, Loa para «El cetro de José», en Obras completas,ed. Méndez Plancarte, vol. 3, p. 187: «me hace repugnancia / al contrato natural / admitir mujeres tantas/ y desatar aquel nudo / que las voluntades ata».

vv. 151-152 las canas / del Tiempo: si se consulta la Iconología de Ripa, vol. 2, pp. 360-361, se puedever cómo el Tiempo aparece siempre caracterizado por la vejez: «Hombre viejo y vestido de variadoscolores, llevando dicho traje ricamente recamado de estrellas».

v. 154 reduzga: vacilación propia del estado de la lengua, que empleaba indistintamente conozgo,conosco y conozco, luzga y luzca. Ver Lapesa, 1988, p. 395.

v. 160 retiene las luces que otro Sol le da: porque el poder del monarca procede de Dios. Ver Maravall,1997, pp. 139 y ss., donde analiza el problema del origen del poder y los diferentes teóricos del sigloXVII sobre este.

v. 172 desengaño: Sobre la relación del Tiempo y el Desengaño, ver Gracián, Criticón, vol. 3, p. 149:«Varias y grandes son las monstruosidades que se van descubriendo de nuevo cada día en la arriesgadaperegrinación de la vida humana. Entre todas, la más portentosa es el estar el Engaño en la entradadel mundo y el Desengaño en la salida: inconveniente tan perjudicial que basta a echar a perder todoel vivir». El Desengaño aparece como un viejo en El gran mercado del mundo, vv. 908-911: «¡Ah, señor!Viejo honrado, / lleve usarced sus trastos al mercado / sin baldonar los pobres y afligidos, / pues quetodos estamos mal vestidos».

v. 205 fluxible: «Fluido, líquido» (DRAE). Un rápido vistazo al CORDE (<23-XI-2017> llama la atenciónlas numerosas veces que usa este término sor Juana como adjetivo calificador del tiempo. Ver sorJuana, Loa «Para celebrar los años», en Obras completas, ed. Méndez Plancarte, p. 381: «¡Ah, del Tiempopresente, / fluxible instante»; también p. 383: «de vuestro fluxible curso / las tres edades». MéndezPlancarte anota, p. 669: «Aquí, lo “no permanente”, como en el tecnicismo de la Escolástica que llama altiempo “continuum fluens” (un continuo cuyas partes ni pueden coexistir unas con otras)».

v. 210 Febo: ver Vitoria, Primera parte del teatro, pp. 555-556: «Todos estos cuatro nombres son casiuna misma cosa, porque todos le convienen a este Dios como planeta: Apolo y Febo le llamó juntamenteVirgilio. […] Febo viene de esta palabra Phos, porque siempre es nuevo, siempre es mozo y permaneceen un ser que en latín común manera de hablar es llamar phebeos a los desbarbados. Y conviene esto alsol, porque siempre está de una misma suerte y por esto le debió de llamar Virgilio hermoso […] Porquesiempre está tan hermoso y tan nuevo como el primer día que comenzó a andar por los orbes. […] Al fintodos estos nombres vienen a significar el sol».

v. 219 Del monarca mayor, del sol Hesperio: verso que añade Méndez Plancarte. Ver Obras completas,vol. 3, p. 669: «Falta en los textos este endecasílabo; pero su omisión es evidentísima, por la fijaestructura de estas endechas… Lo suplimos, entre corchetes, con la mayor afinidad posible a estilo ycontexto. (Hesperio: español)»

v. 227 número seis, lo más perfecto: el número seis es perfecto porque un seis de noviembre naceCarlos II, pero además la creación de Dios se realiza durante seis días, un número perfecto como explicasan Agustín, La ciudad de Dios, libro XI, cap. XXX, pp. 461-462: «Perfección del número seis, el primeroque es la suma de sus partes. Se narra la realización de estas obras [la creación] en seis días para ponerde relieve la perfección del número seis, repetido el mismo día seis veces. No precisamente porquetuviera Dios necesidad de la duración de los tiempos, como si no pudiera crear a la vez todas las cosas,que con movimientos convenientes fueran cumpliendo después sus tiempos, sino porque por el númeroseis queda significada la perfección de las obras. En efecto, el número seis es el primero que resulta desus partes, esto es, de la sexta parte, de la tercera y la mitad, que son uno, dos y tres, cuya suma formael total de seis. […] He creído oportuno recordar brevemente esto para poner de relieve la perfección delnúmero seis, que es el primero, como dije, formado por la suma de sus partes, y en el que Dios realizósus obras. Por consiguiente, no se ha de tener en poco la razón del número, cuya estimación tanto resaltaen muchos lugares de las santas Escrituras a los ojos de los que las examinan con detención. Yno se cantó en vano entre las alabanzas de Dios: Todo lo tenías dispuesto con peso, número y medida».

v. 231 timbres: es lo mismo que «la insignia que se coloca sobre el escudo de armas para distinguirlos grados de nobleza» (Aut). Tomo la nota de El divino Jasón. Sor Juana, «Hoy, al clarín de mi voz», vv.315: «Triunfad, de glorias y de timbres lleno».

vv. 238-240 edad… Juventud: ver san Isidoro, Etimologías, vol. 2, l. XI, 2, pp. 39-43: «Seis son las etapasde la vida: infancia, niñez, adolescencia, juventud, madurez y senectud. […] La cuarta es la juventud,que es la más firme de todas y llega hasta los cincuenta años. […] Se aplica el nombre de joven al quecomienza a estar capacitado para ayudar (iuvare); […] El joven se encuentra en el periodo de desarrollo yestá preparado para prestar su colaboración, pues iuvare es colaborar en el trabajo de otra persona. Enlos hombres, la edad perfecta son los treinta años».

vv. 240-241 Juventud, amena floresta: ver Ripa, Iconología, vol. 2, p. 11: «Mujer de corta edad coronadade flores, que sostiene una copa de oro en la diestra. Se hace así porque esta edad suele sercalificada por los poetas como la flor de los años».

v. 247 empresas: «Vale también la acción y determinación de emprender algún negocio arduo yconsiderable y el esfuerzo, valor y acometimiento con que se procura lograr el intento» (Aut). Es decir, laJuventud propone cantar el «esfuerzo, valor y acometimiento» del rey.

vv. 249-251 Juventud / enojo / propensa: en las representaciones de la Juventud aparece vestida de diversoscolores. Ver Ripa, Iconología, vol. 2, p. 12: «aunque por la novedad y calidez de su sangre suele estarmás dispuesto a dejarse arrastrar por los sentidos; pues no actúa la razón en los jóvenes sin gran contrariedadde la concupiscencia o del deseo del honor que se pretende adquirir o mantener. Se pintará altanero».

v. 275 Séneca lo enseña: no consigo localizar el pasaje de Séneca al que se refiere sor Juana. Podríatratarse de las Epístolas morales a Lucilio, 68, 13-14, pp. 300-301, donde contrasta la sabiduría de laancianidad frente a la juventud: «Esta nuestra edad se adapta a tal clase de estudios: ha perdido ya lafogosidad, ha sojuzgado ya los vicios que se hacían indómitos en el ardor primero de la juventud y no lesfalta mucho para extinguirse. […] No tienes por qué pensar que exista para la sabiduría otra edad másapropiada que esta, la cual, a través de numerosas pruebas y de un constante arrepentimiento, se hadominado y, una vez moderadas las pasiones, ha realizado saludables progresos. Este es el tiempo propiciopara un bien tan grande. Todo el que de viejo alcanza la sabiduría, la alcanza a través de los años».

vv. 285-286 Dios al Tiempo le dispensa / todas las leyes comunes: entiendo que los reyes estánexentos de cumplir las propias leyes. No localizo el autor español al que se refiere sor Juana, pero laidea es común en los tratados políticos, aunque con matizaciones. Ver Saavedra Fajardo, Empresaspolíticas, pp. 367-368, donde se pone el acento en la razón para obedecer las leyes: «Las leyes, que promulgóServio Tulio no fueron solamente para el pueblo, sino también para los reyes. Por ellas se han dejuzgar las causas entre los príncipes y los súbditos, como de Tiberio lo refiere Tácito: “Aunque estamoslibres de las leyes (dijeron los emperadores Severo y Antonio) vivimos con ellas”. No obliga al príncipe lafuerza de ser ley, sino la de la razón en que se funda». Camos, Microcosmía, p. 75, enfatiza la obligacióndel gobernante de cumplir la ley de Dios: «Adviertan los Reyes que aunque tengan autoridad de hacerleyes y mandarlas guardar en su república, y que son exentos de la ley que ellos hacen, no lo son de laley de Dios y de naturaleza: antes son los que más estrechamente que sus súbditos están obligados aestas leyes». En Márquez, El gobernador cristiano, pp. 11-14, se defiende que en teoría el rey está librede acatar la ley civil, aunque en la práctica lo debe hacer al ser la ley humana un reflejo de la divina y porla importancia de la ejemplaridad: «La obediencia que deben los reyes cristianos a Dios y en qué manerason exentos de la leyes civiles».

vv. 294-295 Ofir: es el nombre de un país nombrado en la Biblia como productor de oro fino, al parecersituado al norte del golfo de Arabia. La mención más conocida es a la flota que armó Salomón (1Reyes, 9, 26-28) que funciona como metonimia del oro y las riquezas (tomo la nota de El nuevo hospiciode pobres de Calderón, v. 292). Canas / el que ofir el Tiempo peina: este pasaje lo comenta García Valdés,2010, pp. 176-177: «El Acierto admira la prudencia propia de la vejez, simbolizada en el término ‘canas’,en el dorado cabello, representado por Ofir, metáfora usual por el oro, que el Tiempo aún joven peina —elrey contaba en ese momento con veinte años—». Encontramos una referencia a un verso de la Biblia enSabiduría, 4, 8-9: «Que a honrada vejez no es la de muchos años, ni se mide por el número de días. Laprudencia es la verdadera canicie del hombre». Ver García Valdés, 2010, p. 176: «En las cinco que dedicaal rey Carlos II con motivo de su cumpleaños reitera sor Juana una agudeza paradójica entre la “juventudflorida” y la “cana prudencia” que adornan al monarca tomada del Libro de la Sabiduría (4, 7-9 y 13),donde se afirma que la honrada vejez no es la de muchos años, ni se mide por el número de días; sinoque en la prudencia está la canicie y la verdadera ancianidad es una vida sin mancha». Ver sor Juana,Loa «Aunque de la vida son», v. 59: «la adorna cana prudencia».

v. 350 la color del respeto: entiendo ‘el color blanco de la canicie’.

v. 359 plausible: «lo que es digno y merecedor de aplauso» (Aut).

v. 360 digna consorte de Carlos: se trataba de la reina María Luisa de Orleáns, sobrina de Luis XIV,primera esposa de Carlos II, con quien se casa en 1679 y de la que enviudará en 1689. Ver sor Juana,Loa «Aunque de la vida son», vv. 421-424: «Y pues la francesa / Flor de Lis divina, / que trasplantó aEspaña / su pompa florida».

v. 363 Lises: «insignia con que se adorna el escudo de armas de Francia que son tres lirios, porqueen aquella lengua se llama lis esta flor» (Aut).

v. 371 lince: «animal de aguda vista, que algunos llaman lobo cerval» (Cov.).

vv. 373-375 vínculo indivisible: porque la unión de los dos monarcas se produce a través del matrimonioy este es indivisible. Ver Canisio, Suma de doctrina, pp. 111-113: «Es un ayuntamiento legítimo devarón y de la mujer […] la cual no se puede deshacer durante la vida de entrambos […]. Aunque no haya hijosentre ellos, y suceda cualquier adversidad y trabajo por grande y adverso que sea, vale todavía el matrimonio;y es tan firme y tan indivisible después que está consumado, que mientras dura a entrambos, quedanatados sin que pueda entrar entre ellos división alguna». Ver Carranza, Comentarios, vol. 3, p. 508: «[elmatrimonio] trae consigo un vínculo indisoluble, si no es con solo la muerte de el uno de los casados». Uncuerpo hospeda dos almas: se trata de una referencia al texto evangélico relativo al matrimonio: «Por esodejará el hombre al padre y a la madre y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne» (Mateo, 19, 5).

v. 397 al alto Cerda: se trata del virrey Tomás de la Cerda. Ver Loa «Al luminoso natal», vv. 565-568:«Y el Cerda invencible / en quien resplandece / el resplandor claro / de su real progenie». Ver Loa «Si latórrida», vv. 442-444: «Viva el Cerda soberano, / pues divino tan humano / no puede haber».

v. 398 divina consorte: se trata de la virreina María Luisa Manrique de Lara Gonzaga, XI condesa deParedes de Nava.

v. 420 a vista de vuestro cielo: imagen de derivación petrarquista. En Manero Sorolla, 1990, pp. 495 yss., encontramos imágenes astronómicas semejantes para la descripción de la dama. Ver Calderón, Enla vida, p. 47: «Como al cielo vi; / y siendo el hombre en el suelo / breve mundo, en su azul velo / bien quevi a la mujer fundo; / pues si el hombre es breve mundo, / la mujer es breve cielo».

v. 423 benigno influjo apacible: porque los cielos tienen una influencia en el mundo terrestre. VerMartínez, Repertorio, pp. 6 y 7: «Es, pues, cada una de las constelaciones, planetas y partes del cielomiembro o parte deste gran cuerpo del mundo y cada una de ellas obra de tal manera que el primero yprincipal intento que por naturaleza tienen va más enderezado y guiado al servicio y perfección de todoel mundo […] y así cada cual dellas comunica su virtud a estas cosas inferiores por medio del movimiento,luz e influencia. […] Pues como el elemento de la tierra sea un receptáculo común de todas las influenciasdel cielo, fueron notados por los antiguos filósofos con grande diligencia los efectos que sucedían ymediante ellos vinieron en alguna noticia de las causas y de su virtud y de las calidades que cada una delas constelaciones, planetas y partes del cielo influye en los elementos y cosas elementadas».

v. 430 senado: ‘público’. «Se toma por cualquier junta o concurrencia de personas graves, respetablesy circunspectas» (Aut). Ver Loa «Si la tórrida», vv. 446-448: «Viva el senado glorioso, / que lo severoy piadoso / junto ha sabido obtener».

v. 431 Licurgo: «Ciudadano noble de Sparta, hijo de Polidecta y hermano de Eunomo, rey de Lacedemonia.[…] Hizo leyes justas y santas» (Cov.). Vitoria, Primera parte, p. 242: «El séptimo rey de la familiade Euristeo fue Agesilao, primero deste nombre, en cuyo tiempo floreció Licurgo, el legislador. El cual,después de haber dado leyes a este reino, les pidió palabra que las guardasen hasta que él volviese deconsultar el oráculo cerca dellas. Y sabiendo del que no las habían quebrantado, determinó de no volvermás a su patria y así se mató porque no le obligasen a volver». Ver sor Juana, Loa «Aunque de la vidason», vv. 453-456: «Y el senado que es, / en paz y justicia, / de Minos afrenta, / de Licurgo envidia».

v. 436 padrón: «columna de piedra, con una lápida o inscripción de alguna cosa que conviene quesea perpetua y pública». Ver sor Juana, Loa para el auto intitulado “El mártir del sacramento”, en Obrascompletas, ed. Méndez Plancarte, vol. 3, pp. 104-105: «Sirviendo a su nombre / de padrón eterno, / lascolumnas que / respetará el tiempo».

Buscar:
Ir a la Página
IR
APA
ISO 690-2
Harvard
powered by cygnusmind