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La Breve relación de Tipuane y Paitite de Juan Recio de León (1623). Edición anotada 1
The Breve relación de Tipuane y Paitite by Juan Recio de León (1623). An Annotated Edition

Hipogrifo. Revista de literatura y cultura del Siglo de Oro, vol. 7, núm. 2, 2019

Instituto de Estudios Auriseculares

Ignacio Arellano

Universidad de Navarra, GRISO, ESPAÑA, España

Fecha de recepción: 10 Julio 2019

Fecha de aprobación: 09 Septiembre 2019

Resumen: Edición y anotación de la Breve relación de Juan Recio de León, justicia mayor y poblador del Paitite y Tipuane (1623), con comentarios de la geografía, fauna, flora y costumbres de las etnias de la región de Apolobamba y cuenca amazónica en el siglo XVII.

Palabras clave: Crónicas y relaciones de Indias, región de Apolobamba, flora, fauna, costumbres, etnias del Amazonas.

Abstract: Edition and annotation of the Breverelación by Juan Recio de León, explorer and settler of Paitite and Tipuane (1623), with comments on the geography, animals, plants and customs of the ethnic groups of the Apolobamba region and the Amazon basin in the seventeenth century.

Keywords: Chronicles and relations of the Indies, Geography, Animals, Plants and customs of the ethnic groups of the Apolobamba region and the Amazon basin.

Juan Recio de León, «aventurero nato y grafómano empedernido» (Barnadas, 2008, p. 215), proporciona algunos datos biográficos en la Relación de los servicios que Juan Recio de León… ha hecho a su majestad de más de veinte años a esta parte, documento de 1623 2 en el que presenta a Felipe IV un resumen de sus principales trabajos. Poca cosa más conocemos de su vida personal más allá de los detalles recogidos en este tipo de documentos oficiales 3 .

Juan Recio nace en la villa de Vega de Rioponce (León) y empieza sus servicios a la Corona bajo el mando del general Luis Fajardo, quien gobernó la escuadra que en 1605 expulsó a los holandeses que merodeaban las salinas de Punta Araya, cerca de Cumaná, en Venezuela. Posteriormente sirve con el capitán don Pedro Bernegal, que en 1606 levantaba gente para los galeones de la carrera de Indias. En 1607 un tío que vivía en Nueva Granada le da alguna hacienda que emplea en la conquista de los indios pijaos y otras etnias del río grande de la Magdalena. En 1614 es alcalde de la Santa Hermandad en territorio novogranatense, hasta que en 1615 pasa a Quito para ayudar a las tropas de don Francisco Maldonado en la defensa de Guayaquil y Puerto de la Puná contra el holandés. En Chile, donde está al año siguiente, inspecciona fuertes y guarniciones y cumple otras encomiendas del virrey. Protege a los indios de algunos abusos, y reprime a la vez a los indígenas rebeldes.

Entre 1619 y 1621 se colocan las actividades que el propio Recio considera principales: los descubrimientos y repoblaciones en Tipuane, Chunchos y Paitites, «la tierra más poderosa de riquezas y naturales que hasta hoy se ha conocido», desempeñando los oficios de maestre de campo, teniente de gobernador, capitán general y justicia mayor, como delegado de Pedro de Leagui Urquiza, gobernador y capitán general de las dichas provincias.

Refunda San Juan de Sahagún y Nuestra Señora de Guadalupe, que habían sido abandonadas tras su primera instalación. Hace diversas entradas desde Pelechuco a Uchupiamo y la región —poco definida geográfica y étnicamente— de Chunchos, y se asoma, según sus relatos, a la mítica Paitite, de donde regresa a Lima para solicitar cargos y mercedes, sin recibir atención de las autoridades.

Con sus memoriales, informaciones y certificaciones intenta conseguir los premios a los que aspira 4 .

Entre esos documentos se halla la Breve relación (documento núm. 274 de Barnadas), quizá el más interesante de los escritos suyos, por los datos de valor etnográfico y antropológico que aporta sobre las provincias de Tipuane, Chunchos y otras «del grande reino del Paitite». Es, en palabras de Barnadas (2008, I, p. 208), «un valioso documento geográfico que abunda en detalles referentes a plantas y animales, sus costumbres y usos asociados, a principios del S. XVII en la región del norte de Bolivia». Para Barnadas se trata de una relación «interesantísima y una de las más antiguas descripciones geográficas y etnográficas del piedemonte amazónico (la provincia histórica de Laricaja y el país de los Chunchos)».

La Breve relación recoge en su inicio algunos datos que figuran en otros memoriales de Recio, añade explicaciones de términos («tiene nombre de Diabeni, que en lengua de los naturales quiere decir junta de las muchas aguas»), da noticias sobre los ríos de la zona (el Magno, el Beni, Toiche, Mapiri o Manú…), comenta productos vegetales 5 y animales, ponderando la abundancia y calidad de las riquezas de la zona en que se mueve, describiéndolo con léxico regional (lúcumas, pitahayas, añonis, cuyes, guacharacas, paujíes…), que aumenta en la descripción de los ritos y costumbres: comenta, por ejemplo, los grandes galpones de los indios marapa, en los que viven cien y doscientos juntos; las casas de palo y palma de los chunchos, menicos y taranos; los grandes poblados de a dos y a tres mil casas de tapia y adobe de los marquires, los vestidos y adornos de los marquires solteros; manillas de oro en las muñecas y gargantas de los pies de las mujeres, chagualas colgadas de las narices y orejas, armas —macanas, arcos y flechas, cerbatanas con dardos envenenados—, hachuelas de oro como insignia de los caciques…

Da detalles de la organización política y social, los ritos de boda, de guerra o funerales. Le interesa la organización religiosa, de la que menciona los sacerdotes, chamanes o moanes, cuya condición idólatra subraya comparándolos con los sacerdotes del dios Bel de Babilonia.

Según se acerca (imaginariamente sobre todo) a los territorios que se identifican con el Paititi crecen los elementos legendarios. Es significativo que en el centro de este espacio mítico esté una gran laguna, poblada de islas, como sucede en muchas otras regiones fabulosas. Hay caníbales cerca, y en la región aparece también el mito de las amazonas. Curiosamente también habla de una provincia de hombres solos: «entre ellos y la laguna del Paititi dijeron que estaba una provincia de hombres sin mujeres; y preguntándoles que cómo aquellos hombres vivían sin mujeres, respondieron que dos meses al año las tenían y que de otra parte por aquellas aguas venían a juntarse con ellos».

La Breve relación, como otros textos de Indias, suma a la más o menos precisa documentación de quien ha vivido lo que cuenta, la proyección fabulosa de los mitos que conforman el imaginario maravilloso que formaba parte de la visión de muchos de los que pasaron al Nuevo Mundo donde encontraban o buscaban sin encontrar los territorios de Eldorado, Omagua, las Siete Ciudades de Cíbola o el Paitite que indagó Juan Recio de León.

La Breve relación se ha transmitido, hasta donde conocemos, en dos testimonios: el manuscrito 3826 de la Biblioteca Nacional de España (fols. 87-93v) y un impreso del que conservan varios ejemplares conocidos 6 . Usaré para mi edición la versión impresa, que supongo es la de última mano, señalando las diferencias con el manuscrito, que son pocas y poco relevantes. Resuelvo abreviaturas y pongo en letra los números del impreso (15 grados, 34 españoles…).

La identificación de lugares, ríos sobre todo, y etnias no es fácil. Los propios narradores, como en el caso de Recio de León, no siempre tienen claros los detalles, y la complejidad de las realidades implicadas (redes fluviales amazónicas, etnónimos, plantas y animales…) hace que el empeño anotador quede en aproximación, que confío sea de alguna utilidad.

Imágenes 7



El Beni



Carpinchos en las riberas del río Madidi



San José de Uchupiamonas



Tuichi y balsa de callapos

Breve relación de la descripción y calidad de las tierras y ríos de las provincias de tipuane, chunchos y otras muchas que a ellas se siguen del grande 8 reino de Paitite de que es gobernador Pedro de Leaegui Urquiza, hecha por juan recio de león, su maese de campo y lugarteniente de gobernador y capitán general, justicia mayor y poblador de las dichas provincias con particular poder por su majestad, etc. 9

Están las dichas provincias y reino de Paitite en la América meridional que comúnmente llaman Tierra Firme, Nuevo Reino de Granada 10 , Pirú y Chile, cuya costa corre de norte a sur apartándose al Polo Antártico de la equinocial cincuenta y tres grados, en que está el Estrecho de Magallanes, y de la banda del norte, Polo Ártico, alcanza la dicha tierra diez grados. Hace división de los dichos reinos que españoles poseen y las provincias del Paitite (nuevo descubrimiento) una montaña y cordillera nevada que nace junto al río de la Hacha 11 y acaba en los últimos fines del reino de Chile. No se aparta de la costa del sur por donde más se estiende la tierra más que tan solamente setenta leguas muy poco más o menos.

La grande y muy leal ciudad del Cuzco, cabeza de aquellos reinos, está doce leguas apartada de la cordillera al oeste y en quince grados de la equinocial al sur y en dieciocho la de La Paz, dos leguas de la cordillera. Entre estas dos ciudades está la provincia de La Arecaja 12 , que hace frontera y raya con los bárbaros del dicho descubrimiento. Y por el pueblo de Pelechuco 13 , último della al norte, junto a las minas de oro de Carabaya 14 se hizo la entrada abriendo desde la dicha cordillera veinte leguas de camino hasta el asiento de los indios mojos, donde queda poblada la villa de San Juan de Sahagún 15 con treinta y cuatro españoles vecinos, y en ella un convento con tres religiosos sacerdotes de la orden de San Agustín con título y nombre de San Juan de Sahagún.

Desde esta dicha villa abrí doce leguas de caminos de cerros y montañas hasta el valle de los indios suañas 16 , adonde se juntan dos ríos 17 que nacen de la dicha cordillera, que el que llevé a la mano derecha hasta esta junta se llama Pelechuco y el de la izquierda Choquata 18 (hasta aquí corren estas aguas al este; de aquí para adelante le llaman a este río Toiche 19 , lleva la vuelta del nordeste). Pasé en balsas esta junta, y caminando el rumbo que traigo al leste 20 , desde donde fui abriendo otras veinte leguas de camino hasta llegar al famoso valle de Apolobamba 21 : las primeras seis leguas de laderas altas, temple fresco, y las catorce de muy crecidas montañas. Tiene este valle catorce leguas de largo y cuatro y seis en parte de ancho. Y en lo último dél, en sitio abundoso de agua y leña, poblé la ciudad de Nuestra Señora de Guadalupe 22 con otros treinta españoles, que es la cantidad que su majestad por sus ordenanzas manda. Gozan este valle las provincias de lecos y abachiles 23 . Abrí desde esta ciudad, caminando por el dicho rumbo, ocho leguas de camino, adonde hallé una montaña y cordillera pequeña, que desde ella a dos pueblos que llaman Uchupiamo e Inarama 24 , cabezas de quince provincias de chunchos 25 , hay doce leguas, que también se abrió el camino. En estos dos pueblos está fray Josef García Serrano, vicario provincial de las dichas provincias, y fray Baltasar de Buitrón 26 , de la orden de San Agustín, en dos iglesias que fundamos con pilas de bautismo donde los dichos dos religiosos bautizaron antes que yo saliese de allá más de sesenta caciques y principales, sin otra mucha cantidad de bárbaros 27 .

Estas dos iglesias están a la orilla del Toiche a la banda del leste, tres leguas la una de la otra; y cuatro más abajo entra en este río otro muy más caudaloso, corriendo del sueste 28 , que viene su nacimiento de muchos ríos de los reinos del Pirú, que son estos: Cochabamba, Ayopaya, Cabare, Caracato, el de la ciudad de La Paz, Simaco 29 . Este pasa por la ribera de Tipuane 30 , muy caudalosa de oro. Todos los dichos ríos a diez y a veinte y a treinta leguas las montañas adentro por el rumbo dicho, se van juntando; y veinte leguas más adelante de las treinta entran otros dos ríos en este, que llaman Lorca y Miguilla 31 ; y desde que estos dos entran en este grande río van las aguas apacibles, por serlo ya la tierra. Desde que estos ríos se juntan en una madre hasta entrar en el Toiche tiene nombre de Diabeni 32 , que en lengua de los naturales quiere decir «junta de muchas aguas» 33 .

En la junta destos dos ríos, por todas bandas hay maravillosos llanos 34 y crecidos poblados de indios, y en las tierras que se extienden entre el nacimiento que traje desde la cordillera hasta esta junta y desde aquí hasta volver el Diabeni arriba a sus nacimientos dichos, están más de quince provincias de chunchos de que es señor don Diego Amutare, heredero del gran Zelipa, al que mató el árbol 35 , que fue quien nos llevó a su tierra para que le defendiésemos de cuatro provincias que traían guerra con él, y le obedecieron luego que llegamos 36 . Don Diego Amutare y sus gobernadores, don Carlos Ballesta que es su 37 segunda persona 38 y don Juan Apanilla, tienen nombres de españoles por estar bautizados. Tienen en cada provincia otro gobernador, que por no ser cristianos tienen el mismo nombre de las provincias que gobiernan, que son estas: Espada, Chuquimarani, Pasari, Chayamón, Arabaona 39 , Mayas, Mayajas, Marupa 40 ; los marupas viven de ciento y en doscientos juntos en galpones grandes.

De la gran cordillera del Pirú, sitio de Carabaya al norte hasta el de Vilcabamba 41 , nacen estos ríos: San Juan del Oro 42 , Aporoma 43 , Sangaban 44 , Paucartambo 45 , Andes del Cuzco, Yucay 46 , Vilcabamba 47 y otros que no tienen nombre. Todos los cuales, cortando la cordillera a leste 48 a trechos, de cantidad de leguas se van juntando; y acabadas las corrientes de las montañas, hacen todos juntos en tierra muy llana una madre 49 tan opulenta y estendida que no se determina el bulto de una persona de la una a la otra orilla. De aquí para adelante le dan los naturales nombre de Magno 50 , que en su lengua quiere decir junta de muchas aguas. Entra en el Toiche y Diabeni 51 cincuenta leguas más al nordeste de la junta de los dos dichos. Hay entre este y el Toiche, que vine siguiendo desde el principio de la entrada, otro tan grande pedazo de tierra y montañas como el de las provincias de los chunchos; ocupan las montañas de esta parte haciendo frontera en Carabaya la provincia del Menizo 52 , y corriendo al norte, haciendo frontera a todos los Andes del Cuzco, Yucay y Vilcabamba, otras cuatro o cinco provincias de quien es señor el gran Tarano 53 , y desde la junta del Toiche y Diabeni hasta la que hace con el 54 Magno hay el más maravilloso valle de las cincuenta leguas dichas que hasta aquí se ha visto, tierras llanas de muchísima gente de que es señor Auama 55 , el más famoso cacique que hasta hoy hemos conocido. No quedaba cristiano cuando yo salí, pero por las grandes ansias que tenía de serlo, tengo por sin duda que lo es ya, demás de habernos hecho muy grandes 56 amistades.

Entré a este descubrimiento temeroso de que tanto número de ríos habían de encenagar la mayor parte de la tierra, pero hasta hoy no he topado una cuadra 57 de tierra empantanada, sino la tierra más sana y seca que he visto en mi vida. Llueve en toda ella cuatro o cinco meses del año 58 . Todas las tierras e 59 indios hasta aquí declaradas son de las calidades, riquezas y frutos, ritos y ceremonias que se siguen.

Las veinte leguas primeras de la entrada, hasta la villa de San Juan de Sahagún, el primero tercio dellas es muy frío, tierras muy altas y quebradas, de poca montaña, maravillosos pastos para el ganado de carga 60 que se cría en el Pirú; y las demás hasta la villa de San Juan de Sahagún son de montañas más cerradas, no tan quebrada la tierra, mejores temples. Hay mucho encienso y cañafístola 61 y otras resinas, mucho algodón, zarzaparrilla 62 en abundancia; fertilísima tierra que de una hanega de maíz se cosecha trescientas y cuatrocientas en partes 63 , y yo he cogido más de cuatrocientas cincuenta 64 . No hay en esta parte naturales conocidos pero hay muy grande cantidad de indios cristianos de los reinos 65 del Pirú, no hacen daño a los españoles de la entrada.

Desde esta dicha villa hasta los indios suañas y junta de los dos ríos hay doce leguas de más crecidas y cerradas montañas, pero mejores valles. Hay algunos indios naturales, aunque pocos, y retirados de los del Pirú entre ellos muchos 66 . Esta parte es tierra rica al oriente de las minas de oro de Carabaya; en sus ríos y quebradas se hallan infinitos granos deste metal, y en las playas grandes lavaderos de oro. No es menos fructuosa la tierra que la de San Juan de Sahagún.

Desde la junta de los dos ríos Choquata y Pelechuco a la ciudad de Nuestra Señora de Guadalupe hay dos cerros poderosísimos: el primero, de oro, está a la salida destos ríos, que le llaman Mapulio 67 , que quiere decir cerro de oro; hállase en las quebradas dél mucha muestra de su riqueza, demás de las muchas cateaduras que los naturales hacen. Treinta leguas más adelante hay otro que llaman Chipulizani 68 , es tierra más fría, muy rica de plata, por lo que los naturales dél dan a entender, defendiéndole de la gente de otras provincias y poniendo pena de la vida los cabezas a los súbditos que no digan a los españoles que hay plata en él. Entre uno y otro cerro hay temples fríos, templados y más calientes, maravillosos pedazos de zabanales 69 . Gozan destas tierras las provincias de Lecos y Abachiles y también algunas de los chunchos las alcanzan.

De las veinte leguas que desde Guadalupe hay hasta las dos iglesias, son las doce de una montaña más clara y seca que todas las pasadas, aunque no son las demás húmedas. Esta montaña clara tiene la mayor cantidad de los árboles de canela, nuez moscada, nogales de Castilla, cañafístola, bálsamo, encienso, guayacán, cedros y cacao 70 en mucha abundancia. Enseñé a los naturales desta parte clavo 71 , y dijeron que me enseñarían mucha cantidad dél en otras provincias más adentro, donde por entonces no pude satisfacerme; también los enseñé pimienta y no me dieron noticia della.

Todos los indios destas provincias de los chunchos, menizos y taranos ocupan las tierras montuosas. No es gente en tan grande número como la de las provincias de los llanos, porque siempre en las tierras más fragosas hay menos naturales. Visten todos los de estas montañas maravillosamente de algodón, porque es tierra abundosa dél, con muchas listas y labores de colores de cochinilla y añil 72 , género que tienen muy sobrado. Usan todos de los ritos y ceremonias que los del Pirú, por ser indios procedidos, que Inga 73 entró aquí de guarnición; es gente muy crecida y dócil de condición. Susténtanse en todas estas partes de mucho maíz, frijoles, pallares, camotes, yuca, zapallo 74 y otras muchas legumbres que la tierra produce. Tienen muchísimas frutas: plátanos, guayabas, lúcumas, pitayas, anones, mameyes, muchos palmitos y dátiles, caña dulce 75 . No tienen ganados domésticos, pero hay grandes manadas de puercos que llaman zaínos 76 , que Naturaleza les puso el ombligo en el lomo; andan en manadas de ciento y doscientos y son de condición que el más pequeño de toda la manada siguen todos como a su capitán, y si una 77 persona hiere o mata alguno, si tan presto no se sube en un árbol o se asegura lo hacen pedazos los demás. Pero poniéndose en alto con un chuzo los puede matar a todos si es que no acierte a matar el capitanejo: porque en sintiéndole muerto o herido desamparan todos el puesto tan violentamente como si tuvieran alas. Hay también a las orillas de los ríos otro género de puercos que llaman guadatinajas 78 , hay muchas antas 79 y venados, monos, micos, cuyes 80 , osos, leoncillos 81 de poca fiereza; en partes hay algunos tígueres 82 que es el animal más bravo que hay en estas partes; no tienen gallinas ni aves de Castilla ni otras mansas excepto patos, pero hay muchas pavas de las que en España llaman gallinas de las Indias 83 , silvestres, en todas las montañas. Hay también muchos paujíes 84 , que es otro género de aves mayores y de mayor regalo que las pavas; muchas guacamayas, guacharacas 85 , torcaces, tórtolas, papagayos, perdices y otros muchos géneros de aves y pájaros de diversas colores. Gozan también de maravillosos pescados destos ríos, que los conocidos por sus nombres son estos: sábalos, róbalos, pataloes 86 , sollos, bagres, doncellas 87 y otros muchos diferentes que los de España.

En todas estas montañas no se agregan los naturales a grandes poblados; extiéndense por ríos, quebradas y sitios de aguas a cien y a doscientos y trescientos los mayores pueblos; son las casas de palo, y algunas altas a modo de gaviones 88 o fuertecillos para defenderse de sus enemigos; cúbrenlas de hojas de palmas. Hay en todas las montañas dichas muchísima miel de abejas 89 , bonísima y muy blanca; y más y mejor en la montaña de la especia, hacen con miel y una legumbre que llaman maní 90 maravilloso turrón.

Gobiérnanse por cabezas, como tengo dicho, aunque hay en el distrito de cada señor un moán 91 al modo del sacerdote del ídolo Bel 92 , que favorecido del demonio los engaña y le obedecen más que a las cabezas principales, o por mejor decir le temen más. Este tal, cuando los indios temen que han de tener guerra con algunos enemigos o tienen necesidad de que llueva para sus sementeras, se va a la guaca 93 y oráculo donde tienen los ídolos en que adoran, como que habla con el Sopay 94 , que no lo dudo, porque es el diablo, y les dice lo que le parece, que basta para que le adoren mochándole 95 con regalos. Esta fiera bestia, por no se ver desposeído deste señorío, se opuso a hacernos grandes contradicciones a nuestra ley, y en particular alegaba en su favor un maravilloso suceso de que doy mil gracias a Nuestro Señor de haber sido instrumento dél.

Y es el caso que en la ocasión que el virrey don Francisco de Toledo 96 subió a la ciudad del Cuzco, que había más 97 de cuarenta y seis años salió del pueblo de Inarama, donde está fundada una de las dos iglesias, un bárbaro de edad de más de ochenta años, tío y padre de los mayores señores desta tierra, entró en la ciudad del Cuzco y vido las ceremonias que los cristianos hacían, y al cabo de algunos días se volvió a su tierra, y a lo que él mismo confesó vivió hasta edad de cien años sin enfermedad ninguna y llegando a ella se tullió, y vivió tullido treinta años más de los ciento y cada un año de estos treinta 98 pedía a sus hijos y sobrinos que fuesen a tierra de cristianos y que los tuviesen por amigos suyos, que era buena gente para defenderlos de sus enemigos y que los pidiesen padres para que le hiciesen cristiano como él lo había visto; y con engaño, de un año en otro iban a traérselos, se pasó todo este tiempo y fue Dios servido que a Zelipa 99 , su sobrino, le diesen guerra cuatro provincias para que sirviese de prodigio de tan buen suceso. Finalmente nos fue a buscar y luego que llegamos adonde estaba el enfermo, alentadamente se arrojó a los pies de los sacerdotes pidiendo bautismo y luego le enseñaron a rezar lo que bastó para bautizarle. Y después de haber recibido este sacramento falleció dentro de veinticuatro 100 horas, que sabe Dios bien quién ha de gozar de su divina presencia y también sabe en el trabajo que nosotros nos vimos por el suceso, pues nos tuvieron por empalados 101 en los reinos del Pirú, pero ordenolo Nuestro Señor de manera que no hubo peligro ninguno.

Al moán o fiera que quiso defender su partido con este argumento 102 le derribamos de su engaño haciéndole fiscal de recoger la gente y chusma que se iba bautizando a la iglesia para enseñarles la doctrina cristiana, dándole a entender que en este oficio le darán más regalos que en el que usaba de antes y que en este servía a quien le había de salvar y en el otro ofendía a quien le había de condenar. El cual oficio admitió y obró Nuestro Señor tanto en él que el día de San Nicolás le bautizaron, y es tan maravilloso ministro para este ministerio que tengo por sin duda, según el fruto que hace, que es obra del bienaventurado santo de quien se le dio el nombre de don Nicolás. También estos moanes 103 les sirven de confesores.

De aquí me pasé a la otra banda del Toiche, a los llanos de los anamas, donde fui bien regalado y me dieron noticia de que en la junta que hace el río Magno con el Diabeni, a la banda del norte está la provincia de los guarayos 104 y desde ella otras muchas por las orillas de un grande río que más adelante, al norte, entra en una grande laguna. Este río viene de parte que es fuerza entender que se forma de los ríos de Guamanga, Abancay y del gran Paucarmayo, que por otro nombre llaman Apurima 105 .

Estos guarayos dicen que son advenedizos y se entiende que entraron de la costa del Brasil, cabo de San Agustín. No visten, pero ansí hombres como mujeres traen el cabello de la cabeza tan largo y tan peinado que les llega a las pantorrillas. Son caribes 106 , comen carne humana, a cuya causa los quieren mal los comarcanos 107 .

Diéronme también noticia que de la banda del norte deste río Apurima, confines del Paitite, estaba una provincia de mujeres que viven sin hombres 108 , y preguntándoles que cómo podían conservarse de aquella manera, dijeron que hombres tenían en la otra banda del Paitite al leste, de que darían más razón los marquires 109 , que confinan con ellos.

Y preguntándoles qué noticias tenían de la gente que adelante había y del rumbo que llevaban estos ríos, me trajeron tres o cuatro indios principales muy baqueanos 110 de aquellas navegaciones y haciéndoles preguntas respondieron que por tierra o por agua llegaban en cuatro días a una grande cocha, que quiere decir grande laguna, que todos estos ríos causan en tierras muy llanas, y que hay en ella muchas islas muy pobladas de infinita gentes, y que al señor de todas ellas le llaman el gran Paititi, y que los indios de aquellas islas son tan ricos que traen al cuello muchos pedazos de ámbar por ser amigos de olores, y conchas y berruecos 111 de perlas, lo cual vide yo en algunos anamas. Y enseñándoles algunos granos de perlas que yo tenía les dije que si se criaban en aquellas conchas estos granos, y respondieron que los paitites les daban todos aquellos géneros y que, como aquellos granos no los sabían horadar para hacer sartas de ellos, que los echaban por ahí. Y preguntándoles que de dónde los sacaban dijeron que también lo habían preguntado a los paitites y que les respondieron que de aquella cocha.

Diéronme también noticia estos indios de otra mucha cantidad de gente que hay caminando al norte, en las faldas de una cordillera nevada que se levanta de junto a la laguna del Paitite, caminando al Nuevo Reino de Granada, y que son muy riquísimos de plata y ganados de carga de los que se crían en el Collao 112 del Pirú. Tuve esto por cierto por ver vestidos de ropa de abasca 113 de la que se hace en el Pirú de la lana destos ganados a dos indios que me trajeron allí, naturales de la parte donde dicen hay ese ganado. También pregunté qué nombre daban a este río tan caudaloso que destas juntas hasta la laguna, que en él no se determina de ninguna suerte tierra de orilla a orilla, y dijeron llamarle el gran Parauri 114 , que es decir en España Duero, que recoge todas las aguas. Dijeron también que dos isletas de la laguna, las más cercanas a ellos, peleaban con cerbatanas arrojando unas saetillas con hierba de ballestero 115 .

Traen muchos de los anamas grandes muestras de riqueza, como son manillas de oro en las muñecas y otras en las gargantas de los pies, y las mujeres muchas chagualas 116 colgadas de las narices y orejas. Finalmente pudiera hacer relación de muchas más cosas y maravillas de las grandezas desta tierra si no me obligaran dos cosas a decir mucho menos de lo que es: el vicio establecido en el mundo a no dar crédito a cosas que de presente no se ven; y la segunda y principal causa de no lo apurar más es de que los indios se enfadan de que les hagan muchas preguntas, creyendo que lo que con instancia preguntamos es más provecho nuestro que el que a ellos les podemos dar; y a causa de que no se alterasen no traté de más preguntas.

Al tiempo de volverme a Uchupiamo y Inarama me hicieron una grande fiesta de pesquería en este famoso río Parauri y sacaron dél con la mayor facilidad del mundo infinitos géneros de pescados entre los cuales muchas rayas, dorados, bufeos 117 y otros muchos que se crían en la mar.

Acabada esta fiesta y despidiéndome dellos me pidieron sacerdotes para que los bautizasen, como los había dado a los pueblos de Uchupiamo y Inarama, y les dije que no los había, pero que les daba palabra de salir a tierra de cristianos por ellos para dárselos. Y partiéndome a Uchupiamo, adonde estaban los sacerdotes, envió el Anama 118 aquellos cuatro indios principales baqueanos y grandes marineros destas aguas, que todos lo son, a que me acompañasen. Y habiendo llegado a donde estaban los dichos religiosos, me dijeron los caciques de Uchupiamo e Inarama y estos anamas que me vinieron acompañando que en la grande laguna del Paitite había más de dieciocho años que habían entrado unos viracochas 119 bermejos, que es fuerza entender que son ingleses o holandeses, 120 y que todos los años traen de su tierra cuchillos, machetes, chaquiras 121 , tafetanes y lienzos, géneros de que carecen estos naturales, con que rescatan 122 muy grandes riquezas de oro, plata, perlas, ámbar y otros muchos géneros de estimación. Y haciéndoseme dificultosa y increíble esta noticia, me enseñaron al punto machetes y cuchillos y algunos tafetanes traídos del dicho Paitite de muy pocos días. Y aunque es verdad que con dádivas destos géneros que yo entré dando a los naturales de importancia fui bien admitido y dueño de todo este descubrimiento 123 , reparé en si aquellas que me enseñaban eran herramientas de las que yo les daba, y viendo la gran diferencia que había de unas a otras les di crédito a su relación. Todos estos indios dijeron que los más de ellos van al Paitite dos o tres veces en el año a tratar y contratar y que esta es la causa de tener estas herramientas en su poder. Y de la declaración que hicieron de estos viracochas bermejos algunos indios ante algunos soldados intérpretes, se hizo ante mi gobernador información, la cual tengo en esta corte en mis papeles.

Díjeles que, pues que eran tan baqueanos del Paitite, que me señalasen la forma de la laguna e islas y traza de ríos que della salían, y lo hicieron. Y en la misma forma que lo señalaron la puse en una planta y mapa de aquellos reinos, que están en mi poder.

Vinieron de la gran provincia de los marquires, que está a la banda de 124 levante del Diabeni cuatro indios principales, por orden de su señor, a llamarme para que fuese allá; yo lo hice porque lo tenía en propósito. Y habiendo llegado a esa provincia vi una maravillosa fortaleza, que dijeron haberla hecho el campo de Inga 125 para que quedase memoria de que su gente había llegado hasta aquí cuando entró conquistando esta tierra. Recibiome el gran marquir (que es el señor) muy bien, hízome muchas preguntas: que a qué era mi entrada a aquella tierra y otras. Yo le respondí que había entrado a llamado 126 de Zelipa, señor de los chunchos, para defenderle de sus enemigos y a enseñarle la ley cristiana. Respondió que le parecía muy bien y me regaló algunos días 127 . Tienen un caudaloso valle de almendrales 128 de más crecidas y gruesas almendras, y mejores que las de España, de donde los chunchos las rescatan y de una en otra provincia van llegando a las del Pirú, donde ha mucho tiempo que son conocidas. Tiene esta provincia más de cien leguas de ancho y de largo más de ciento veinte hasta cerca de los confines del Paititi, según me dieron de noticia; y también me la dieron de otras muchas provincias de gente que están al leste de esta, hacia el Brasil y el norte; entre ellos y la laguna del Paititi dijeron que estaba una provincia de hombres sin mujeres; y preguntándoles que cómo aquellos hombres vivían sin mujeres, respondieron que dos meses al año las tenían, y que de otra parte por aquellas aguas venían a juntarse con ellos. Son tan valerosas las mujeres, que pelean con sus enemigos mejor que si fueran varones.

Es tan llana la tierra de esta provincia y tan poblada de gente que hay pueblos de a dos y a tres mil casas de tapia y adobe, puertas 129 , ventanas de madera, aunque toscamente labradas; las casas cubiertas de paja. Es fertilísima tierra de maíz y legumbres y de ganados silvestres, aunque de puercos no tanto como en las montañas. Abunda en pesquería. Tienen mucha sal, de lo que carecen los chunchos. Es agradecidísima gente, galana y limpia, de diversas colores, algo morenos y blancos, y otros tan rubios que son cortos de vista 130 . Visten de algodón, aunque algunos solteros andan con solo pampanillas 131 . Estos, como todos los demás, usan de arco y flecha, y macana 132 , rodelas con mucha plumería de tres y cuatro dobleces de cuero de anta 133 para su defensa; traen por insignia los señores una hachuela de armas 134 , del mejor metal que tienen, que al fin es oro.

Los ritos y ceremonias desta gente de todos los llanos son en esta forma: que cuando se ha de tener uno por casado con una mujer, no hay más concierto que dar el novio un vestido al suegro y otro a la suegra y, si la moza no tiene padres, al pariente más cercano, y con esto se la lleva a su casa.

Cuando tienen guerra con sus enemigos, después de haber acabado la batalla se juntan todos en la plaza junto a una casa de comunidad donde tienen en depósito muy grande número de armas y el ídolo en que adoran 135 , y sacan el ídolo, y le ponen en medio de la plaza y junto a él al señor; y también con ellos al que se mostró más valiente en la batalla; donde todos danzan y celebran su fiesta y hacen sus 136 borracheras de muchas bebidas que todos acostumbran a hacer de maíz, yuca, batata, almendra y otras muchas legumbres. Y habiendo acabado la fiesta ofrecen al ídolo, señor 137 y al valiente, por iguales partes muchos pedacillos de ídolos de oro, plata y otros metales, conforme cada uno puede.

Tienen por costumbre, si pasan por la parte donde fueron vencidos, de volver las espaldas a 138 aquel puesto y los vencedores al contrario, que todas las veces que pasan por allí dejan alguna señal de lo que llevan, a modo de ofrecimiento.

Si en aquella tierra riñe un indio 139 con otro, hasta que se mata no hay costumbre de ponerlos en paz, y tienen por afrenta de apartarse hasta que uno o ambos mueren; y el remedio y ley que para eso hay es que ha de abrazarse la mujer del uno con el otro y la del otro con el otro; y con esto se apartan al punto y quedan los mayores amigos del mundo.

Cuando muere algún principal le ponen en medio de la plaza y sacan de la guaca el ídolo y le ponen junto a él, y todos traen allí las bebidas que tienen en su casa y hasta que las acaban de beber no llevan el cuerpo a la sepultura. El uso de la sepultura es que tienen en el campo de cada linaje un torreón muy alto de ladrillo o adobe y por de dentro una escalera volteada; y allí puestos donde ponen los cuerpos difuntos de aquel linaje, que hoy día están tan enteros los más dellos como hoy hace mil años cuando allí los metieron, que basta para entender que es la tierra más sana del mundo. Con estos cuerpos los días del entierro algunos ídolos de oro y plata ofrecen a su usanza.

De aquí me volví el río Diabeni arriba, donde en diferentes provincias me sucedió la tragedia de los veinticuatro principales de que hago relación en mi memorial 140 .

Todos los indios de las montañas tienen diferente lengua que los del Pirú, algo más clara, pero también entienden algo de la general del Inga 141 . Los de los llanos tienen diversidad de lenguas, diferentes de todas las que hasta aquí se conocen.

Todas cuantas provincias he visto desean con grandes veras el conocimiento de Dios. Y pues en este reino se siguen dos tan poderosos aumentos, que el primero es gozar su majestad y el bien común de los españoles de tan grandiosas tierras y frutos dellas, y el segundo y último 142 y más principal gozar tanto número de almas de la presencia de Dios, quien en todo se sirva de ordenar lo que más convenga a su santo servicio.

Pues el interés que se sigue de escusar de llevar la plata de Potosí noventa leguas de tierra hasta Arica, tan fragosas como se sabe, y desde Arica a Lima doscientas por la mar; y de la ciudad del Cuzco y sus comarcas ciento cincuenta de tierra hasta Lima, de los caminos más ásperos de aquellos reinos, pues de Lima a Panamá no son las calmas de aquel mar de ninguna ayuda, ni las dieciocho leguas de Tierra Firme dejan de ser de más costa que mil de otras partes, demás de ser Puertobelo por su ponzoñoso temple sepultura de hombres 143 . Pues de allí a La Habana ya se sabe la pérdida que en las Serranillas, el año de 605, tuvo don Luis Fernández de Córdoba 144 sin embargo de la que el año de 622 hubo en el canal, de más de los excesivos gastos de la envernada. Y la flota de Nueva España del dicho año bien se sabe lo que perdió a la vista de la Bermuda 145 . Y el suceso de la envernada deste año y pérdida dél, ya se ve cuán grande ha sido.

A cuya causa se debe bien considerar de cuánto provecho es el camino de las ochenta leguas que desde la provincia del Arecaja yo abrí hasta las dos iglesias del dicho descubrimiento. Y cien leguas más de ríos caudalosos, apacibles y muy navegables hasta los confines del Paitite y grande laguna del Dorado, desde donde salen otros dos ríos en la forma que tengo dicho, que el uno entra en el Marañón y el otro hace el de las Amazonas gran Paraná, tan conocidas sus entradas en el Mar del Norte en uno y dos grados de la banda de Cancro 146 , viaje de la mitad menos de tiempo y gastos que el que por Tierra Firme se hace, demás de ser temples sanísimos y abundosos de comidas y diversas y maravillosas maderas para cualesquier fábricas.

Muy notorio es la brevedad del viaje desde el Río de la Plata a España, pues de las bocas de los dos ríos que están a la mitad del camino es fuerza entender que ha de ser de menos tiempo.

Y caso que esta navegación faltase, que no puedo creer que puede faltar, no por eso debe dejar de ser favorecido el dicho descubrimiento, pues el menor de los dos intereses que se siguen 147 es mayor que este, que es gozar riquezas el imperio tan grandioso, y en particular el cielo tan grande adorno de almas, que es la causa más principal en que los cristianísimos reyes 148 , monarcas de España, han fundado y fundan todo el ser de sus empresas. Madrid, 15 de octubre de 1623 149 .

Juan Recio de León

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Notas

1 Agradezco a la Fundación Obra Pía de los Pizarro su ayuda en las investigaciones indianas del GRISO y del PEI (Proyecto de Estudios Indianos), en cuyo marco se realiza este trabajo.

2 La datación de 1625 que se le atribuye, por ejemplo en la monumental y admirable Bibliotheca boliviana antiqua de Barnadas (2008, núm. 286), procede de la fecha de las resoluciones del Consejo añadidas al documento de Recio: hay tres, fechadas en 14 de julio de 1623, 25 de octubre de 1624 y 23 de junio de 1625, rechazando las pretensiones de Recio. Solo la última resolución es de 1625. En el impreso no se distinguen gráficamente del texto del propio Recio, así que el error es muy fácil. Para este perfil biográfico recurro fundamentalmente a este documento. Luego añadiré otros detalles.

3 Adapto y reutilizo en esta presentación fragmentos de mi artículo sobre Recio de León (Arellano, 2011). Mi interés principal en esta ocasión es editar la Breve relación de Recio, a la cual estos párrafos introductorios sirven de mera presentación. Para más información sobre distintos aspectos de Apolobamba y las entradas españolas en el XVI y XVII ver, entre otros, Bernardo de Torres, Crónica agustina; Armentia (1887, 1905), Maurtua (1906), Saignes (1985), Chávez Suárez (1986), Renard, Saignes y Taylor (1988)

4 Para este corpus de documentos de Recio ver el artículo citado, Arellano, 2011 y el catálogo de Barnadas.

5 Ver Arellano Torres, 2011 para las plantas en la Breve relación. Explotaré en mis notas al texto este documentado artículo de Arellano Torres, especialista en la vegetación del Madidi.

6 Hay uno en la British Library, C.62.i.19 (19): Add. 13.977, fols. 479r-484v (ver Barnadas, 2008, núm. 274); en el Archivo General de Indias de Sevilla, 70-9-19, se contienen, además de los impresos 273-275, 286 y 301 del catálogo de Barnadas, otra serie de documentos: uso los materiales del archivo sevillano para mi edición de la Breve relación. Hay una transcripción de la Breve relación, sin mayores datos ni anotación, debida a Pablo Cingolani en https://www.eldoradocolombia.com/juan_recio_de_leon.html; ya había sido publicada, igualmente sin no tas ni aparato crítico, en la Colección de documentos inéditos para la historia de España, del marqués de la Fuensanta del Valle, de donde lo tomó Nicolás Armentia para insertarla fragmentariamente y parafraseada en su Descripción del territorio de las misiones franciscanas de Apolobamba, 1905, pp. 192-200.

7 Fotografías cedidas por la expedición del GRISO al Madidi en el 2009 («Tras las huellas de Recio de León»).

8 gran Ms.

9 su Majestad, Católica Ms.

10 Tierra Firme llamaban a los territorios de la costa norte de América del Sur y la costa caribeña de América Central; Nueva Granada corresponde en su mayor parte a la actual Colombia.

11 Riohacha, en el Caribe colombiano. La cordillera que menciona es la de los Andes.

12 Hoy Larecaja es una provincia boliviana, al norte de La Paz.

13 Pelechuco: población en el norte del Departamento de La Paz, a más de 4000 metros de altura. Es, como dice Recio, territorio de minas de oro.

14 Carabaya está en el actual departamento peruano de Puno, a unos 500 kilómetros de Pelechuco. No parece tan cerca como apunta Recio de León, pero es territorio limítrofe con la actual Bolivia. Eran famosas las minas de oro de Callahualla o Carabaya.

15 En la zona de Mojos queda San Juan de Sahagún, que refundó Recio de León, y que actualmente lleva el nombre de Mojos. Los mojos corresponden a las zonas del río Mamoré y el Madera. De San Juan de Sahagún (Mojos), atravesando el Tuichi, se llega a San José de Uchupiamonas. Hay que advertir, de todos modos, que según apunta Chávez Suárez, 1986, p. 5, «los españoles del Río de la Plata, del Paraguay y Santa Cruz de la Sierra, llamaron con el nombre de Mojos a todos los llanos extendidos desde el río Pilcomayo hasta el Amazonas».

16 suañas:no hallo más documentación de este etnónimo. No está identificado, al parecer: ver Ibáñez Bonillo, 2011, p. 61.

17 dos ríos: el Pelechuco y el Choquata, como dice enseguida.

18 choqueta Ms. Debe de ser el río Mojos. Los dos desembocan en el Tuichi.

19 Toiche: Tuichi, afluente del Beni. Pasa cerca de las lagunas de Santa Rosa y Chalalán. Es la vía fluvial para acceder a la población de San José de Uchupiamonas. Sigue atravesándose en el siglo XXI como en el XVII, en balsas de callapos.

20 leste: este; es término usado para los vientos y rumbos marinos y terrestres.

21 Apolobamba: cordillera andina y valle que ocupa parte de Perú y parte de Bolivia. Algunas poblaciones actuales importantes de la zona son Pelechuco, Charazani, Curva y Apolo.

22 Nuestra Señora de Guadalupe: en 1615 los agustinos establecieron la misión de Nuestra Señora de Guadalupe, en Apolobamba, abandonada, y refundada más tarde por Recio. Dos veces se abandonó la población, por la actitud hostil de los lecos y aguachiles. Comp. Recio, Señor. Relación que Juan Recio de León, maese de campo general… presentó a su majestad… (Barnadas, 2008, núm. 275): «entrando en las dichas provincias por el pueblo de Camata de la provincia del Arecaja, con la tercera parte de dicha gente, llegó al valle de Apolobamba, donde pobló una ciudad, a quien se dio el nombre de Nuestra Señora de Guadalupe, la cual dentro de tres o cuatro meses se despobló por no haber llegado a tiempo la demás gente con el bastimento necesario» (fol. 1r). Para esta fundación y su fracaso ver Ibáñez Bonillo, 2011, pp. 134-145.

23 lecos y abachiles: los lecos se mencionan a menudo junto a los abachiles o aguachiles, pobladores de las pampas de Apolo; los aguachiles ocupaban el noreste de Apolo. Para los lecos ver Ibáñez Bonillo, 2011, pp. 53-56 y para los aguachiles (extinguidos en el XIX-XX) pp. 56-58.

24 Uchupiamoe Inarama: Uchupiamonas, entre los ríos Magno y Beni; Inarama estaba cerca del actual pueblo de Ixiamas.

25 chunchos: el término se ha usado a veces para englobar a una serie de pueblos indígenas que poblaban las áreas de Larecaja y de Carabaya, los ríos Madre de Dios y Beni (lecos, toromonas, mosetenes, aguachiles, tacanas y otros); en sentido más estricto se aplicó a los araonas, uchupiamonas y aparamonas. Recio se refiere a quince provincias de chunchos.

26 En 1615 Pedro Leagui llegó desde La Paz acompañado de estos dos religiosos y establecieron la misión de Nuestra Señora de Guadalupe. García Serrano se encargó de evangelizar a los aguachiles y pamainos. Buitrón desarrolló diversas actividades misionales con los uchupiamonas. Ver Santamaría, 2006.

27 Comp. Relación de los servicios: «dos religiosos han bautizado más de setenta señores de provincias, sin otro grande número de almas, como consta de testimonio».

28 sueste: sudeste. No identifico a qué río, que no nombra, se refiere aquí.

29 Ayopaya, valle y río en la provincia de Mojos; el río Ayopaya desemboca en el Ichilo; no identifico los otros ríos.

30 El Tipuane o Tipuani nace en la Cordillera Real, corre por el departamento de La Paz, provincia de Larecaja, hasta desembocar en el Mapiri. La región es rica en minas de oro.

31 El Miguilla está en el departamento de La Paz, provincia actual de Inquisivi. No localizo el Lorca. Hay que señalar que la red fluvial ofrece innumerables problemas a los descubridores y viajeros posteriores, por la complejidad de las corrientes en esta parte de la cuenca amazónica. Lo mismo sucede con las tribus de indios y sus asentamientos. Además Recio no tiene claros muchos detalles de lo que menciona y es difícil identificar en muchos casos estas corrientes.

32 El Diabeni o Beni se une con el río Mamoré en Villa Bella, para formar el Madera, afluente principal del Amazonas.

33 de las muchas Ms.

34 llanos Ms. omite.

35 Cuenta el suceso en el memorial Señor. Relación que Juan Recio de León, maese de campo general… presentó a su majestad… (Barnadas, 2008, núm. 275): Zelipa, a pesar de su promesas, no había querido hacerse cristiano, y un día que estaba con más de doscientos indios rozando un monte para hacer sementeras «se arrimó a un muy grueso y copado árbol y comenzando a dar unos golpes en él con una hachuela de armas de oro bajo, que los tales señores acostumbran a traer, contra toda naturaleza, del peso de arriba se cayó contra él y le mató, haciéndole dos pedazos» (fol. 4r-v).

36 Comp. Señor. Relación que Juan Recio de León, maese de campo general… presentó a su majestad… (Barnadas, 2008, núm. 275): «salieron de la tierra adentro doce caciques y principales con cincuenta indios en su compañía a pedirnos en nombre de Zelipa, señor de todas las provincias de los chunchos, que fuésemos todos con los dichos padres de San Agustín a defenderlos de cuatro provincias enemigas suyas que traían con ellos guerra» (fol. 2r-v).

37 es la Ms.

38 segunda persona: su lugarteniente o ministro principal. Este Ballesta, tras la muerte de Zelipa a la que acaba de aludir, «llegó a la guaca y oráculo adonde tenía los ídolos de su ley y empezó a dar voces diciendo a su dios que era un dios tonto engañador, que pues mataba al rey mejor le mataría a él y a los demás, y que no era buen dios, que el Dios de los viracochas quería él, que es decir de los cristianos» (Señor. Relación que Juan Recio de León, maese de campo general… presentó a su majestad, fol. 4v). Entonces se produce una conversión de muchos naturales.

39 Arabayona Ms.

40 Todas son etnias tacanas; de algunos grupos es difícil saber qué nombres actuales tienen, si no se han extinguido. Comp. lo que apunta Ibáñez Bonillo, 2011, p. 46: «Podríamos ofrecer una relación con más de un centenar de etnónimos referidos por los sacerdotes y los soldados españoles que viajaron por la región. Todos ellos dieron categoría de nación o país a nombres que posiblemente definían a una familia, a un río o incluso a una sola persona».

41 Carabaya y Vilcabamba se caracterizaban por su riqueza en minas de oro. La dificultad de describir las redes fluviales es, como ya se ha indicado, una constante en todos los relatos de esta índole. Comp. por ejemplo, la complejidad del texto de Álvarez Maldonado, Descubrimiento del río Manu, p. 47: «El oriente, veinte y cinco leguas más abajo, entra en este río de Paucarguambo, por la mano izquierda que deciende de los minaries ques hacia donde está el Inga. Desde este río abajo se llaman río Magno, y ansí se llama todo lo que dél se sabe, y cincuenta leguas más abajo entra el río de Cuchoa en él por la mano derecha, que nasce de la cordillera del Pirú en los Andes de Cuchoa, en el cual al nacimiento suyo entran los ríos de Cayane, río de Sangaban, río de Pule Pule y cuando entra en el Magno es una mar. Veinte leguas más abajo entra en este río el río de Guariguaca por la mano izquierda, que nace en la provincia de los yanagimes de las bocas negras. Ocho leguas más abajo sobre la mano derecha entra en el Magno el río de Parabre, que nace en la cordillera de Carabaya, en el cual entran el río de San Cristóbal y el de Caravaya y de la Mina y doce leguas más abajo entra el río de Zamo por la mano derecha, por la espaldas de los toromonas; nace en los mitimas de los arabaonas. Treinta leguas más abajo por la mano derecha entra el río de los Omapalcas […] cient leguas deste río, entra el río Magno en el río y laguna famosa del Paitite y en el mismo río o laguna del Paitite entra el poderoso y espantable río de Paucarmayo, ques Apurima, Abancay, Vilmcas y Jauja y otros muchos que nacen entre estos, y desta laguna sale la vuelta del este casi al nordeste hacia la mar del Norte. Es de notar que el Paucarmayo entra en el Paitite sobre la mano izquierda. Hasta el Paitite se llama este río Magno y desde allí bajo se llama Paitite».

42 El San Juan de Oro se halla en el distrito peruano de Puno.

43 El río y distrito de Aporoma pertenece también a Puno. Es zona aurífera explotada desde muy antiguo.

44 Sangabaa Ms. Conocido hoy como río San Gabán, en Puno, Perú.

45 También llamado río Mapacho, se halla en el departamento de Cuzco.

46 El valle de Yucay pertenece al departamento del Cuzco y su río más sagrado es el Vilcanota. Hay un río Yucay en Ayacucho, que no parece ser el mencionado.

47 El río Vilcabamba se halla en el departamento del Cuzco.

48 al leste Ms.

49 madre: ‘cauce’. No queda claro si Recio de León tiene una idea precisa de la red fluvial, aunque en términos generales percibe el funcionamiento de la cuenca hidrográfica amazónica. Por ejemplo, el Paucartambo junto al Chanchamayo forma el Perené, que recibe una docena de afluentes y confluye con el Ene para formar el Tambo, que se une al Urubamba para dar lugar al Ucayali, el cual se une a su vez con el Marañón para formar el Amazonas. Varios de estos ríos son tan caudalosos y anchos que no se distingue una persona de una ribera a otra.

50 Debe de ser el conocido como el Madre de Dios. Recio le atribuye el mismo significado que al nombre del Beni.

51 El Madre de Dios desemboca, efectivamente, en el Beni, frente a Riberalta. En el mismo Beni desemboca el Tuichi.

52 No la identifico. Muchos estudiosos llaman a esta provincia y a sus pobladores Menico, menicos, por no haber reparado en la cedilla del original «Meniço», que refleja una interdental. Es otro síntoma del poco conocimiento que se tiene de estos términos y distribución de los grupos indígenas.

53 Tarano: importante cacique, muy mencionado en los relatos sobre las entradas en esta región; ayudó a Juan Álvarez Maldonado en su entrada y descubrimiento del río Manu. Comp. Armentia, 1905, pp. 114-115: «Si queremos atenernos a la relación de Herrera, no podemos menos de tropezar con ciertas dificultades invencibles, cuando tratamos de trazar sobre el papel el plano de dicha expedición. Entró por Carabaya; llegó a la provincia de Zamo; Zanio es el pueblo donde Don Francisco Tarano recibió a Don Juan Álvarez Maldonado, y de donde lo despachó con guías y provisiones a San Juan del Oro». Hay varios jefes con este nombre, que también se aplica a un grupo indígena.

54 En el impreso por errata «el el Magno».

55 «El señor Avama gobernaba las tierras de la llanura entre el Magno o Madre de Dios y la desembocadura del Tuichi, en el Beni y más al norte; en tierras montañosas colindantes con la provincia del Cuzco, se encontraba el cacique Tarano, ya mencionado por Maldonado, que gobernaba cuatro o cinco provincias. En ambas crónicas se da a entender que Tarano era cacique de los araonas (Maurtua, 1906, pág. 246). De estos caciques dependían otros tantos y Amutare, explícitamente, regía sobre una jerarquía de caciques» (Lehm, 2016, p. 22).

56 muchas Ms.

57 Aquí parece significar ‘cuarta parte de una milla’.

58 cuatro o cinco veces del año digo meses del año Ms.

59 y Ms.

60 Alude a las llamas, alpacas y guanacos.

61 «El incienso es Clusiapachamamae […] Esta es una especie recientemente descrita de incienso, y dominante en los bosques del Madidi […] Recio se debe referir principalmente a Protiumaff. montanum (copal) que es, de hecho, la segunda resina más apreciada y abundante en la región, a altitudes algo más bajas que el incienso y en individuos más dispersos por el bosque (a diferencia de C. pachamamae, que domina absolutamente en ciertos puntos del bosque formando inciensales)» (Arellano Torres, 2011, pp. 44-45); cañafístola: «El término “cañafístola” se aplica a diversas especies americanas del género Cassia (leguminosas), debido a su similitud con la cañafístola conocida en Europa (Cassia fistula) […] De esta planta la parte empleada es una sustancia melosa que recubre los tabiques que forman las cámaras donde se alojan las semillas» (Arellano Torres, 2011, p. 45).

62 zarzaparrilla: «La zarzaparrilla conocida en Europa es Smilax aspera, pero en Sudamérica hay bastantes especies de Smilax que son morfológicamente muy similares a la europea, por lo que se empleó el mismo nombre para designarlas. Todas son enredaderas de tallos serpenteantes, con aguijones, y hojas brillantes y coriáceas, en muchas ocasiones con una base acorazonada muy característica. Es una planta medicinal y empleada para diversas dolencias, especialmente dermatológicas. En el Madidi, en concreto, se han encontrado S. febrifuga, S. flavicaulis, S. irrorata,S. rufescens y S. tomentosa» (Arellano Torres, 2011, pp. 47-48). En el XVII se usaba especialmente como medicina para la sífilis.

63 Una hanega equivale a unos 55 litros, aunque podía variar según los lugares. De cada hanega sembrada dice haber recogido hasta 450 veces. Es un rendimiento excelente (con métodos modernos de cultivo se necesitan entre 25 y 45 kilos de semilla de maíz para una hectárea, que puede rendir 10000 a 14000 kilos: es decir, los rendimientos actuales pueden ir —en cifras aproximadas muy variables— desde unas 250 a 500 veces lo sembrado).

64 Comp. el memorial Señor… (Barnadas, 2008, núm. 301), en que pondera la gran riqueza «de minerales de oro, plata, almendras, cacao, bálsamo, incienso, cañafístola, todo género de especiería, zarzaparrilla, algodón, cochinilla, añil y otros muchos géneros […] muchas aves y carne de monte y grandiosas pesquerías, que de todo resultará mayor riqueza que del Pirú».

65 del reino Ms.

66 Entiéndase: ‘hay pocos naturales y de estos pocos, muchos son retirados del Perú, instalados aquí venidos desde el Perú’. Comp. el memorial Señor… (Barnadas, 2008, núm. 301): «están retirados en dicho descubrimiento la mayor parte de los indios que faltan del Perú». Es uno de los problemas que preocupan a Recio, la cantidad de indios huidos del Perú a esta región del Paitite.

67 Comp. Señor. Relación que Juan Recio de León, maese de campo general… presentó a su majestad… (Barnadas, 2008, núm. 275): «dos cerros, uno al principio, que se llama Mapulio, riquísimo en oro por las cateaduras que tiene de los naturales […] y el otro en lo último de dicho valle que se llama Chipulisani, muy poderoso de plata» (fol. 3v). Todas las menciones que hallo de Mapulio en estudios sobre la zona de Apolobamba remiten a Recio de León, sin añadir más información.

68 Hoy es población en la región de Apolo.

69 zabanales: sabanales, llanuras sin árboles.

70 «La canela que describe Recio no es la canela común comercializada a nivel global: Cinnamomum zeylanicum […] La hipótesis más segura es que se trate de Anibacanelilla, una especie de Lauraceaerelativamente común en la actualidad en los bosques montañosos de Madidi, cuya corteza es dulce y de un fuerte olor a canela. Es fácilmente distinguible y su nombre común en la actualidad es “canelo”. O quizás también Cinnamomum triplinerve, una especie del mismo género que la canela comercial actual, encontrado en los bosques montanos del Madidi […] La nuez moscada (género Myristica) es originaria de las islas Molucas, en el sudeste asiático, y fue traslada a la región del Caribe, sin llegar nunca a ser cultivada en Bolivia. Lo más plausible es que se trate de alguna especie relacionada de la misma familia (Myristicaceae), como Virola sebiferao V. surinamensis […] Con “nogales de Castilla” Recio se refiere a una especie del mismo género y similar en aspecto al nogal europeo (Juglans regia), pero de distribución propiamente boliviana, de ahí su nombre: Juglansboliviana. Es una especie maderable y de fruto comestible, al igual que el nogal europeo. Todavía es relativamente común en los bosques de la región […] “Guayacán” es un nombre común empleado en Hispanoamérica para varias especies no emparentadas y cuyo único rasgo común es el tener la madera muy dura. En Bolivia se aplica a maderas procedentes de ambientes muy distintos. Para la región estudiada muy probablemente Recio se refiera a especies de Tabebuia, relativamente frecuentes en los bosques del departamento de La Paz […] Cacao: Theobromacacao, el cacao comercial actualmente consumido en todo el mundo y cultivado en la actualidad en las zonas que visitó Recio» (Arellano Torres, 2011, pp. 48-49). El guayacán se usaba para tratar la sífilis. Comp. Fernández de Oviedo: «porque la principal virtud deste madero es curar el mal de las búas, e dije que la forma de cómo se toma, lo diría donde se hable del palo sancto, diré aquí otra recepta, segund lo he visto acá usar, puesto que de suso me pensé excusar de hablar en la cura; y es así. Toman astillas delgadas deste palo, e algunos le hacen picar menudo, y en cantidad de dos azumbres de agua echan media libra del palo, o algo más, e cuece hasta que mengua las dos partes, e quítanlo del fuego e repósase; e después, bebe el paciente una escudilla de aquella agua por la mañana, en ayunas, veinte o treinta días; pero de veinte abajo, no ha de dejar de beber esta agua el que quiere quedar bien curado. Y en aquel tiempo guarda mucha dieta, e no come carne ni pescado, sino pasas e cosas secas e poca cantidad, salvo solamente lo que baste a sustentar, y algún rosquete de bizcocho; y entre día, han de beber de otra agua cocida con el mismo guayacán. E desta manera he yo visto sanar a algunos enfermos, pero sin llagas» (CORDE).

71 «La especie conocida como “clavo de olor” es Eugenia caryophyllata. Existen muchas especies de este género en la región, y otras especies de la misma familia (Myrtaceae) e incluso de otras familias que son ricas en aceites esenciales incluyendo al eugenol, el aceite que da el aroma característico al genuino clavo de olor» (Arellano Torres, 2011, pp. 49-50).

72 «La cochinilla es un colorante color carmín de origen animal, obtenido a partir de Dactylopius coccus, un hemíptero originario de México y países andinos, incluida Bolivia. El tinte de color añil o índigo es un producto vegetal, obtenido a partir de arbustos del género Indigofera. En tiempos del imperio español, se comercializaba a gran escala el procedente de I. suffruticosa (nativo, ahora introducido en todas las regiones tropicales) e I. tinctoria (proveniente del Viejo Mundo e introducido en América entonces)» (Arellano Torres, 2011, p. 47).

73 Inga: el Inca; en el siglo XIII el inca Yahuar Huacaj ingresó en la región, y un siglo después el inca Ypanqui prosiguió la conquista de la zona de Apolobamba. Los arqueólogos señalan la presencia de dos fortalezas incas, en las zonas de Ixiamas y Riberalta. Ver Ibáñez Bonillo, 2011, pp. 91-92 y para la conquista inca de Apolobamba su cap. 3, pp. 75-96.

74 «Maíz: Zea mays. Frijoles: Phaseolus vulgaris. Pallares: Phaseolus lunatus (el término pallar [un tipo de judía gruesa] es de origen quechua). Camotes: Ipomoea batatas (batata o boniato). Yuca: Manihot esculenta. Zapallo: Cucurbitassp. [‘tipo de calabaza’]» (Arellano Torres, 2011, p. 50).

75 «Guayabas: Psidium guajaba, P. guineense. Lucumas (o lúcumas): frutos del género Pouteria (muy abundante, diversificado y frecuente en los bosques de la región; las especies a las que se refiere Recio probablemente son P. caimito y P. macrophylla). Pitayas: son frutos de cactáceas, en Bolivia sobre todo del género Hylocereus (no encaja el hecho de que las cactáceas se den en ambientes muy diferentes a los que aparentemente está describiendo o visitando Recio). Añonis: frutos del género Annona; muy probablemente Recio se refiera, sobre todo, a la guanábana (fruto de Annona muricata […] Mameyes: puede referirse a los frutos de Quararibea cordata (zapote sudamericano) o Manilkara bidentata (comestible y similar al de M. zapota, la sapodilla). Palmitos: se obtienen de la yema apical de crecimiento de algunas palmeras y seguramente Recio se refiera, principalmente, a los de Bactrisgasipaes y Euterpe precatoria. Dátiles: frutos comestibles de distintas especies de palmeras. La caña dulce (Saccharum officinarum) y el plátano (género Musa) son originarios de Asia y fueron introducidos al nuevo continente a comienzos del siglo XVI, extendiéndose como recurso alimenticio con bastante rapidez» (Arellano Torres, 2011, pp. 50-51).

76 zaínos: Tayassu pecari; el saíno o báquira, que tiene una glándula en lo alto del lomo por donde segrega un humor fétido; comp. Acuña, Nuevo descubrimiento del gran río de las Amazonas, XXVIII: «Hay también puercos montaraces, no jabalíes, sino otro género muy diverso, que tiene el ombligo en el lomo, de que están pobladas casi todas las Indias»; Acosta, Historia natural y moral, p. 287: «Saínos llaman unos como porquezuelos, que tienen aquella extrañeza de tener el ombligo sobre el espinazo. Estos andan por los montes a manadas: son crueles y no temen, antes acometen y tienen unos colmillos como navajas con que dan muy buenas heridas y navajadas, si no se ponen a recaudo los que los cazan. Súbense los que quieren cazarlos a su seguro en árboles, y los saínos o puercos de manada acuden a morder el árbol cuando no pueden al hombre: y de lo alto con una lancilla hieren y matan los que quieren. Son de muy buena comida, pero es menester quitalles luego aquel redondo que tienen en el ombligo del espinazo, porque de otra suerte dentro de un día se corrompen»; Vázquez de Espinosa: «hay saínos de tres especies, los mejores son cariblancos, que son muy bravos, y para matarlos se suben sobre los árboles, y dándoles voces con una lanza, acuden a morder en el árbol donde está el que le da voces, y desta suerte los mata con la lanza: andan en manadas, y de ordinario los guía el más ruin y flaco, que es el capitán» (CORDE).

77 alguna Ms.

78 guadatinajas: o pacas, roedores anfibios de forma parecida al cerdo; las descripciones de la época varían algo: «guadatinajas, especie de liebres» (Vázquez de Espinosa); «Otra casta de animalejos hay, que parecen lechones, que llaman guadatinajas» (Acosta) (CORDE).

79 antas: tapir, mamífero de carne comestible. Comp. Acosta, Historia natural y moral, p. 288: «Como los saínos son semejantes a puercos, aunque más pequeños, así lo son a las vaquillas pequeñas las dantas, aunque en el carecer de cuernos más parecen muletas: el cuero de estas es tan preciado para cueras y otras cubiertas, por ser tan recias que resisten cualquier golpe o tiro»; Fernández de Oviedo, Sumario, cap. 12: «Los cristianos que en Tierra-Firme andan llaman danta a un animal que los indios le nombran beorí, a causa que los cueros destos animales son muy gruesos, pero no son dantas. E así han dado este nombre de danta al beorí tan impropriamente como al ochi el de tigre. Estos animales beoríes son del tamaño de una mula mediana, y el pelo es pardo, muy escuro y más espeso que el del búfano, y no tiene cuernos, aunque algunos los llaman vacas».

80 cuyes: Cavia porcellus, conejillo de Indias, roedor muy conocido.

81 En Indias hay varios felinos que los cronistas de la época no distinguen siempre. Los principales son jaguar (Pantheraonca), gato montés (Lynxrufus), onza o leoncillo (Puma yagouaroundi), puma (Puma concolor), ocelote (Leopardus pardalis) y tigrillo (Leopardus wiedii). Recio seguramente se refiere al jaguar, que vive en la selva de la zona del Tuichi y Madidi.

82 tígueres: ‘tigres’, es forma usual.

83 gallina de las Indias: pavos.

84 paují: ave galliforme; comp. Rodríguez Docampo: «Hay diversos géneros de pájaros, papagayos, guacamayas, paujíes coronados, patos, faisanes» (CORDE).

85 guacharacas: aves de canto matutino muy ruidoso.

86 pataloe: pez fluvial (Ichthyoelephas longirostris longirostris).

87 doncella: pez de forma ahusada (Curisjulis), propio del Mediterráneo y Atlántico nororiental. Parece una adaptación de nombre que hace Recio.

88 gaviones: cestones o especie de cajas de mimbre o alambre, rellenos de tierra o piedra; usados como refuerzos en fortificaciones y otras obras.

89 Recio se refiere a las «abejas Meliponidae, unas abejitas sin aguijón pero tremendamente molestas y muy abundantes en la región; más conforme disminuye la altitud, y apenas presentes por encima de 1800 m. Estas abejitas pertenecen a varios tipos, y todas producen miel. Las llamadas “matucuru” son negras y son las más abundantes» (debo estos datos a Gabriel Arellano Torres).

90 «El maní o cacahuete actualmente consumido es Arachis hypogaea, que ya estaba extendido en Sudamérica antes de la llegada de los españoles. Hay otras especies del mismo género que crecen silvestres en la región, pero probablemente tendrían un protagonismo menor en la dieta de los habitantes. En la actualidad el maní es producido con fines comerciales y para la alimentación familiar, siendo parte importante de la dieta en muchas de las zonas visitadas por Recio» (Arellano Torres, 2011, p. 52).

91 moán: o mohán, término caribeño para ‘chamán, sacerdote, curandero’. Comp. Manuel Rodríguez: «Cuando muere alguno de enfermedad dicen lo hechizaron, porque entre estos la muerte no es natural, sino casual, causada de beneficio de otro, a quien ellos tienen por mohán»; Jacinto de Carvajal: «el santero, piache, mohán y médico, que todo es uno, fue a su rancho» (CORDE).

92 Los engaños de los sacerdotes de Bel los puso al descubierto el profeta Daniel (Daniel, 14).

93 guaca: comp. Betanzos: «quiere decir guaca adoratorio»; Acosta: «reduciendo la idolatría a cabezas, hay dos linajes de ella: una es cerca de cosas naturales; otra cerca de cosas imaginadas o fabricadas por invención humana. La primera de estas se parte en dos, porque o la cosa que se adora es general como sol, luna, fuego, tierra, elementos, o es particular como tal río, fuente o árbol, o monte, y cuando no por su especie sino en particular, son adoradas estas cosas, y este género de idolatría se usó en el Pirú en gran exceso, y se llama propriamente guaca» (CORDE).

94 Sopay: especie de diablo andino. Recio usa el vocablo quechua. Comp. Poma de Ayala: «Pero lo demás de cosa de Dios no le enseñó a saber, aunque dicen que decían que había otro señor muy grande más que ellos. Eran diablos y ací decían zupay, que por tal le conocían por supay, y ancí de ellos sabían todo lo que pasaba en Chile, en Quito»; Manuel Rodríguez: «llamaron Supayurcu a aquel monte, que quiere decir Cerro del Demonio, que supay significa en la lengua del inga el demonio y urcu el cerro o monte» (CORDE).

95 No alcanzo el sentido de este verbo aquí.

96 Don Francisco Álvarez de Toledo fue quinto virrey del Perú, entre 1569 y 1581. En 1570 llegó a Cuzco en el curso de la visita que hizo a los distintos territorios del virreinato, ciudad en la que permaneció dos años ocupado en diversas tareas de gobierno.

97 había más: ‘hacía más’. No veo claro si el virrey llegó a Cuzco cuarenta y seis años antes del momento del relato o se refiere al momento en que salió de Inarama el viejo. Comp. Ibáñez Bonillo, 2011, p. 156: «Este anciano de Inarama, tío de Celipa, puede ser el mismo Arapo a quien ya hemos visto pactando con Juan Nieto y Gómez de Tordoya en la década de 1560. Las fechas parecen coincidir y la suposición es aceptada por investigadores del calibre de Thierry Saignes».

98 cada uno de estos Ms.

99 Para este importante cacique y sus relaciones con los españoles ver Ibáñez Bonillo, 2011, pp. 153-160.

100 catorce Ms.

101 empalados: manera de ejecución atravesando al reo con un palo, introduciéndoselo por el ano.

102 Es decir, que atribuía al bautismo la muerte del viejo.

103 moanales Ms.

104 Recio coloca a los guarayos el norte del río Magno (Madre de Dios). Este grupo tenía fama de feroz y guerrero. Pocas líneas más abajo menciona que son caníbales y que proceden del Brasil (son advenedizos, no naturales de la región).

105 Recio debe de referirse al Amazonas; el Abancay es conocido también como Amancay o Aucapa namayo; el Paucarmayo se suele identificar con el Ucayali; el Apurímac constituye la parte superior del Ucayali, y parte del curso principal del Amazonas. Del Guamanga no hallo datos.

106 caribes: ‘caníbales’. Comp. Sarmiento de Gamboa: «fueran cautivos o comidos de caribes, guaraníes y guarayos» (CORDE).

107 Comp. Miguel Cabello Balboa: «tienen en esta parte del Norte, cincuenta leguas de aquí, unos contrarios a quien sumamente aborrecen, porque comen carne humana; llámanse estos guarayos, gente desnuda, cruel y caribe. Desean sumamente que entren españoles a conquistarlos y así se huelgan cuando les digo que ha de entrar un capitán este verano con gente» (cit. por Ibáñez Bonillo, 2011, pp. 157-158).

108 Aguilar escribe en El Marañón, lib. I, cap. 10: «También pudiera decir la causa por qué llamaron a este río de las Amazonas. Bastará advertir que cayeron en error los españoles que le llamaron ansí solo por haber visto en él mujeres con arcos y flechas que peleaban, siendo común entre muchas naciones bárbaras pelear también las mujeres y usar de flechas y arco en nuestro tiempo. Un religioso, cuyo nombre callo porque no pierda su crédito, que debió ver de lejos este río, movido de bien flacos indicios osó afirmar al rey nuestro señor que hay en él amazonas, y a mí me dijo (no sin gran risa mía de oír tal desatino) que había visto una muerta, pintándomela como las escitas del Tanais o como las de Termodonte, de quien hacen mención los antiguos. Y la verdad que esto tenga júzguenlo los que por este río han discurrido y hecho por él muchas entradas». López de Gómara también se burló de esta creencia: «que las mujeres anden allí con armas y peleen no es mucho decir, pues en Paria que no está muy lejos y en otras muchas partes de Indias así acostumbran; ni creo que ninguna mujer se corte y queme el pecho derecho para tirar el arco […], ni creo que maten o destierren a sus propios hijos, ni que vivan sin marido siendo lujuriosas. Otros, además de Orellana, han levantado semejante hablilla de amazonas después de descubrirse las Indias, y nunca tal cosas se ha visto ni se verá tampoco en este río» (Historia general de las Indias, p. 139).

109 Otro grupo sin identificar.

110 baqueano: experto en los caminos y senderos de una región.

111 berruecos: perla berrueca es la de forma irregular; Recio se refiere a collares de perlas berruecas. Comp. Pineda: «otras [perlas] nacen torcidas y se llaman berruecos; y otras nacen redondas y pequeñas, y estas son el aljófar» (CORDE).

112 Collao: zona del Titicaca, al oeste de Bolivia. Comp. Martín de Murúa: «dicen que en esta gran provincia de Paititi hay una laguna mayor que la del Collao, y que en ella entra el río Magno, que está en los vertientes de San Juan de Oro; por debajo de la cual laguna, en el desaguadero, se hace un gran río, que va a la provincia de las mujeres que llaman amazonas. El cual va a dar a la mar del norte, y va por detrás de los Andes del Cuzco, de donde se refiere ser los indios desta gran provincia de Paititi descendientes de los indios de la dicha ciudad, los cuales saben la quechua» (Historia general del Perú, pp. 328-329).

113 abasca: tela americana de lana basta; comp. Acosta: «Del ganado del Inga se tejía ropa para él y su corte; una rica de cumbi, a dos haces; otra vil y grosera, que llaman de abasca» (CORDE).

114 Parauri: sin duda es el Amazonas.

115 con hierba de ballestero: ‘envenenadas’; Covarrubias: «Hierba de ballestero es cierto ungüento que se hace para untar los casquillos de las flechas y las saetas; este se hace de diferentes sugos. La ordinaria es de verdegambre». Según Arellano Torres, 2011, p. 52: «En el norte de la Amazonía se emplean varias decenas de plantas venenosas. El más famoso y extendido de los venenos es el curare, elaborado principalmente a partir de Abuta ssp.,Chondrodendron tomentosum,Curarea ssp., Sciadotecnia ssp. y Telitoxicum ssp. (de la familia Menispermaceae) y Strychnos ssp. (Loganiaceae) […] Recio se refiere a las zonas que él no estaba visitando directamente, sino a los llanos amazónicos situados aguas abajo. […] las plantas venenosas potencialmente podrían ser Strychnos guianensis y Chondrodendrontomentosum (en menor medida Curareatoxicofera y Strychnostoxifera). Lo más seguro es que las etnias implicadas utilizaran como veneno una mezcla de diferentes sustancias vegetales, entre las que seguramente se encontraran las mencionadas».

116 chagualas: según el DRAE son pendientes que los indios llevaban en la nariz —otros léxicos los consideran collares— pero Recio lo aplica también a los de las orejas. En general el término puede referirse a los adornos de cuello, orejas, brazos y hasta patenas pectorales: comp. Juan de Castellanos: «Diademas de oro por las frentes, / en los pechos chagualas o patenas» (CORDE). No anoto en general los indigenismos sobre los que hay abundante bibliografía.

117 bufeos: delfines de río.

118 Anama: aquí es nombre de un cacique.

119 viracochas: Viracocha era el principal de los dioses incas; se aplicó a los conquistadores. Comp. Acosta: «hacían al Viracocha sacrificios y ofrendas, y tenía el supremo lugar entre los adoratorios que los reyes ingas tuvieron. Y el llamar a los españoles viracochas fue de aquí, por tenerlos en opinión de hijos del cielo, y como divinos» (CORDE).

120 Comp. Relación de los servicios: «Tiene información hecha con los caciques circunvecinos de la laguna del Paititi y Dorado de que ha más de veinte años que están rescatando entre los naturales della algunos holandeses muchas riquezas con dádivas de machetes y cuchillos y otros géneros de que carecen».

121 chaquiras: pequeñas cuentas de colores, de cristal u otros materiales.

122 rescatar: en el léxico del Nuevo Mundo alude casi siempre a una operación de trueque de oro y objetos preciosos por las mercancías e instrumentos que apreciaban los indios.

123 «Descubrimientos», por errata, en el impreso.

124 del Ms.

125 Los incas levantaron las dos fortalezas mencionadas en Ixiamas y Riberalta. No sabemos si Recio vio realmente una fortaleza o restos de alguna o es imaginación que elabora lo que había en su trayecto; campo: ‘ejército’.

126 entrado llamado Ms.

127 ‘durante algunos días me trató con suma amabilidad y regalo’.

128 almendrales: «Se refiere a lo que hoy se conoce como “castaña del Beni” en Bolivia y como “castaña del Brasil” en el resto del mundo (Bertholletia excelsa). Bolivia es en la actualidad el mayor productor del mundo de este producto, y su explotación supone aproximadamente el 75% del comercio en la zona norte de Bolivia, incluyendo todo el departamento del Pando, la provincia Vaca Díez del Beni y la provincia Iturralde del departamento de La Paz. Prácticamente toda la producción se exporta. La ecología característica del árbol hace que sea más comprensible la afirmación de Recio de “tienen un valle de almendrales”: la especie, además de presentarse como individuos dispersos, lo puede hacer también en manchas de muchos individuos en un mismo sector de bosque. Es uno de los árboles más grandes e impresionantes del bosque, pudiendo vivir hasta 1000 años. Su ecología reproductiva es un triángulo simbiótico entre orquídeas, abejas y los almendros. Para que produzca el fruto es necesaria la polinización por determinadas abejas que son atraídas por las orquídeas Coryanthesvasquezii. Las orquídeas no crecen necesariamente sobre los almendros, sino sobre otros árboles de su entorno» (Arellano Torres, 2011, p. 51).

129 puertas y ventanas Ms.

130 Alude sin duda a los albinos.

131 pampanilla: taparrabos.

132 macanas: comp. fray Antonio Tello: «macanas de guayacán, que son unos palos con sus porras en las puntas»; Fernández de Oviedo: «La macana es un palo algo más estrecho que cuatro dedos, e grueso, e con dos filos, e alto como un hombre o poco más o menos, según a cada uno place o a la medida de su fuerza, e son de palma o de otras maderas que hay fuertes» (CORDE).

133 anta: tapir, ya anotado.

134 Alude a un hacha de oro, símbolo del poder, insignia que parecen haber tomado de los incas. Comp. Inca Garcilaso: «por última divisa real daban al príncipe un hacha de armas que llamaban champi, con un asta de más de una braza en largo. El hierro tenía una cuchilla de la una parte y una punta de diamante de la otra, que para ser partesana no le faltaba más que una punta» (CORDE).

135 en que adoran: es régimen usual para este verbo en la lengua clásica.

136 muchas Ms.

137 al señor Ms.

138 Falta la preposición en el Ms.

139 un idolo Ms., error de copia.

140 En el memorial Señor. Relación que Juan Recio de León, maese de campo general… presentó a su majestad… (Barnadas, 2008, núm. 275) lo cuenta: «hallándome en diferentes provincias, la de los poramonas y arabaonas y otras, me salieron al camino veinticuatro caciques y principales, que se conocen serlo por las insignias que traen, que son unas hachuelas de armas de oro bajo, dejando en todas las redondeces donde me salieron muy grande cantidad de gente emboscada y conociendo yo su intento con que se venían, por el conocimiento que tuve de ver revolar las aves en las arboledas de las montañas y salida de animales silvestres dellas […] les pregunté que querían. A lo cual me respondieron que […] venían a matarme con su gente […] me tuvieron sitiado más de quince días a mí y a los ocho soldados, comiendo hierbas del campo silvestres y bebiendo algunos días de nuestros propios orines» (fols. 4v5r). Pero el episodio termina bien, todos finalmente amistados, sin tragedia mayor.

141 Es decir, el quechua.

142 Omitida la conjunción en Ms.

143 Era común la idea de lo malsano del clima de Portobelo. Comp. Antonio de Ulloa: «Muy común es en toda Europa la noticia de lo perjudicial que es a la salud el temperamento de Portobelo. En él no solo padecen los extranjeros que allí llegan sino que los proprios del país, aunque connaturalizados con su templo, viven sujetos a sufrir varias pensiones que les aniquilan el vigor de la naturaleza, y muchas veces dan con la sepultura» (CORDE).

144 Luis Fernández de Córdoba, capitán general, fue sorprendido con la Armada por un huracán en los cayos de las Serranillas (unas treinta leguas al oeste-sudoeste de Jamaica), camino a La Habana desde Cartagena de Indias, en noviembre de 1605. El galeón San Cristóbal, que llevaba carga de oro y plata, quedó prácticamente destruido. Se perdieron los galeones San Roque, Santo Domingo, San Ambrosio y Nuestra Señora de Begoña. En el San Roque, galera capitana, iba don Luis Fernández de Córdoba, que allí se perdió con su navío. Ver Segovia Salas, 2007.

145 El 4 de septiembre de 1622, la flota española salió de La Habana, con carga de oro y plata. En el canal de Bahamas una tormenta hundió ocho navíos, entre ellos el Santa Margarita y el Nuestra Señora de Atocha. Los restos de este último, perseguidos por buscadores de tesoros, no se hallaron hasta 1985.

146 banda de Cancro: trópico de Cáncer. Comp. anónimo del XVI: «El Círculo de Cancro, el cual se dice solsticial, dista de la equinoctial hacia el septentrión por 23 grados y 30 minutos. Y cuando el sol llega a este círculo, se torna allegándose a la equinoctial, de la cual se había apartado, y hace entonces el mayor día del año y la más pequeña noche. Los griegos le llaman Trópico, que quiere decir tornador o volvedor, porque de allí se torna y vuelve el sol al lugar donde vino» (CORDE).

147 «que se siguen» está omitido en el impreso, y añadido a mano en el margen del ejemplar que manejo.

148 reys Ms.

149 Lugar y fecha añadidos a mano en el ejemplar impreso.

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