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Félix Lope de Vega Carpio, Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos

Hipogrifo. Revista de literatura y cultura del Siglo de Oro, vol. 8, núm. 2,

Instituto de Estudios Auriseculares

Leonardo Sancho Dobles

Universidad de Costa Rica, Costa Rica

Recibido: 06 Marzo 2020

Aceptado: 18 Marzo 2020

Quien conozca el estado de la cuestión en torno a las Rimas de Burguillos, percibirá enseguida que este volumen que aparece en la Biblioteca Áurea Hispánica supone una verdadera innovación en la historia de la recepción de la poesía de Lope, y no solo en lo que se refiere a estas Rimas en sí. Si la crítica de modo prácticamente unánime, proponía una lectura del Burguillos como ejemplo de poesía sencilla frente a la complicación de los gongorinos, y ponderaba la supuesta simplicidad y espontaneidad de estos poemas, Arellano propone una visión completamente distinta, que se apoya en la estética del ingenio y que demuestra con la solvencia que garantiza el excepcional conocimiento que dicho crítico tiene sobre el Siglo de Oro.

El profesor Arellano, en efecto, ha llevado a cabo una edición, anotación y análisis de las Rimas humanas y divinas de Tomé de Burguillos ofreciendo al interesado, probablemente, la edición definitiva de este poemario, considerado por muchos la obra maestra de la poesía lopiana, en un libro que está llamado a convertirse, sin duda, en uno de los pilares básicos para el estudio de la lírica del Siglo de Oro en general y para Lope en particular. Esta aportación tiene la virtud de combinar el estudio filológico más riguroso, con una mirada nueva capaz de superar los límites al uso, abriendo nuevas posibilidades al estudio de la lírica del Siglo de Oro desde la perspectiva del ingenio y desde la propuesta de la doble estrategia de lectura de los textos barrocos que tiene en cuenta las mismas claves desde las que fueron concebidos: esto es, la estética de la agudeza conceptista. Esta plataforma de asedio es una perspectiva diferente a lo realizado hasta el momento, sustentando este análisis en sólidas bases interpretativas, como lo expresa el propio editor en un prólogo introductorio:

no se trata solo de entender los juegos de ingenio conceptista que constituyen el tejido fundamental de estas Rimas, sino de alcanzar una perspectiva de lectura global que tenga en cuenta la estética de la agudeza, completamente ignorada por los estudiosos que se han acercado a este volumen. Solo un artículo de Mercedes Blanco (2000) aborda la agudeza en las Rimas de Burguillos, cosa extraordinaria y preocupante, si se tiene en cuenta que la agudeza y arte de ingenio es precisamente la estética que rige la construcción de este conjunto (p. 10).

Hay, por tanto, dos lecturas desde las que proceder al análisis de las Rimas de Burguillos: una retórica y otra conceptista, que es la que realmente nos interesa. El análisis llamado retórico es el llevado a cabo por tantos estudiosos y críticos que se han acercado a esta obra, intentado explicar elementos como los temas y la estructura del libro, el heterónimo de Tomé de Burguillos, la persona de la lavandera Juana, protagonista del libro, la reacción de Lope frente a los pájaros nuevos, la frustración resignada y el desengaño que muestra las Rimas al final de una vida tan fecunda como la del Fénix de los Ingenios, el problema del mecenazgo, cómo entender La Gatomaquia dentro de este libro o las rimas divinas. Esto es lo que se ha hecho siempre y tiene, admitámoslo, su importancia. Una primera sección del estudio preliminar de Arellano se ocupa precisamente de estos asuntos y de estas perspectivas o enfoques, que no ofrecen dificultades a la sagaz pluma del erudito y que quedan expuestos con extraordinaria claridad y autoridad.

Pero este libro —la literatura del Siglo de Oro en general— precisa del estudio desde otra perspectiva para poder entenderlos y captar toda su riqueza. Esta perspectiva que Arellano considera fundamental es lo que llama la lectura conceptista. Las figuras retóricas no son el punto de llegada, sino el punto de partida, el fundamento sobre las que trabaja el ingenio y sobre esa materia retórica, el poeta configura o construye la forma que es el concepto, aspecto que ha sido ignorado por los críticos hasta el momento. Las Rimas constituyen un repertorio de los mecanismos del ingenio, y no se puede descifrar el libro sin tenerlo en cuenta. El profesor Arellano ya había analizado la poesía satírico burlesca de Quevedo desde esta perspectiva en el libro titulado Poesía satírico burlesca de Quevedo 1 , y a todos nos había parecido natural hacerlo de esta forma por la dificultad que entraña la poesía de don Francisco. La novedad está en aplicar estos mecanismos de creación para interpretar o descodificar la poesía de Lope, ya que uno de los tópicos más injustificados que se ha transmitido en la crítica literaria es la idea universal de Lope como un poeta claro, sencillo, llano, superficial, nada más contrario a la realidad como lo indica una y otra vez el editor de este volumen (pp. 10, 85, 87, 136…):

Ahora bien, si Burguillos —como mantengo— nos ofrece un libro de complejo ingenio, y por tanto de difícil lectura, ¿por qué coinciden tantos críticos en subrayar su llaneza? Ya he señalado uno de los motivos, esto es, la inercia de las ideas comúnmente aceptadas; pero la causa principal radica en haberlo leído casi exclusivamente desde el punto de vista «retórico», sin que nunca se le haya aplicado sistemáticamente el modo de lectura «conceptista» exigido por sus características, y el único capaz de revelar las complicadas redes de correspondencias que sustentan los poemas de la colección (p. 87).

Lo importante, por lo tanto, no es analizar los tópicos y temas, por ejemplo, del código del petrarquismo, o las quejas de los mecenas, o las burlas de los culteranos, que aparecen en el libro y que la crítica ya ha estudiado, sino ir más allá, empujar los límites interpretativos, intentando descodificar esta poesía con la utilización de las herramientas precisas con las que fue compuesta, es decir: «captar la estructura aguda de estas composiciones, la red de correspondencias mentales y de juegos verbales que hacen del Burguillos una enciclopedia del ingenio» (p. 128). Se trata de una poesía cuyo objetivo es la densidad de las alusiones ingeniosas, contraposiciones y correspondencias que superan los elementos retoricistas para constituir auténticas redes de agudezas. A este respecto son ejemplares las páginas 90 a 128 donde quedan planteadas las limitaciones de la crítica tradicional y utiliza nuevas llaves de interpretación basadas en la agudeza conceptual (semejanza, exageración, conceptos de proporción, improporción, ponderación misteriosa y alusión) o las agudezas verbales.

En relación con esta nueva manera de interpretar la poesía de Lope, no son tan vitales los aspectos relativos a la dispositio textus, aunque tengan su importancia, porque el texto base es la edición princeps publicada a finales de 1634, pocos meses antes de la muerte del poeta y que todos los editores anteriores han utilizado de una manera u otra. La herramienta fundamental para llevar a cabo dicha tarea de descodificación del texto resulta ser la anotación y esta ha de cumplir una triple coherencia: gramatical, semántica y poética (p. 136). Surgen entonces dos escollos que el editor ha evitado. Por un lado, se trata de eludir la nota literal que no atiende al contexto, ya que el objetivo es apuntar al concepto, es decir, al juego de relaciones entre los que Gracián llama correlatos. En segundo lugar, el editor ha huido de las notas excesivas, porque nos olvidamos de la precisión del poeta conceptista. Esta densidad conceptista sólo es superada por Góngora o Quevedo y las Rimas es un ejemplo de terreno minado por la densidad conceptista. Podemos asegurar que el editor de este libro ha evitado la nota basura, la no pertinente, la irritante que solo sirve para demostrar la erudición del que la hace, olvidando el objetivo principal: servir de apoyo y explicación a un pasaje dificultoso. Lo resume muy bien el editor:

Anotar a Burguillos es, pues, un delicado ejercicio de equilibrios muy difíciles de conseguir. Entiéndanse —ya lo he señalado— mis discrepancias con los anteriores editores como un diálogo científico, no como una descalificación o desprecio de sus lecturas, que han funcionado siempre como estímulo para la mía (p. 140).

En este sentido, es admirable el diálogo que establece el autor con los editores y comentaristas anteriores, el uso de las fuentes críticas, no para establecer quién se equivoca o quién realiza el comentario más pertinente, sino para enriquecer al lector con un amplio abanico de perspectivas críticas y nuevas soluciones a dilemas no resueltos con claridad.

En definitiva, nos encontramos ante una nueva edición, que se va a convertir en un referente dentro de nuestros estudios, cuya importancia radica en asediar el texto desde los tradicionales parámetros de la estética del ingenio, ya que el panorama de ediciones de las Rimas publicadas hasta el momento no nos ha servido para aclarar y entender los conceptos desarrollados por Lope. Probablemente, pocas cosas sean ya tan importantes como entender lo que leemos, ya que como explica el editor: «Esta precariedad de que adolece la recepción de las Rimas de Burguillos es el principal motivo que me ha impulsado a abordar el presente trabajo, amén de rendir tributo a las horas de deleitosa lectura que me ha proporcionado Lope» (p. 9). Y desde luego, no hay lectura deleitosa, si no se entiende lo que se está leyendo.

Notas

1 Ver Arellano Ayuso, Ignacio, Poesía satírico burlesca de Quevedo: estudio y anotación filológica de los sonetos, Pamplona, Eunsa, 1984, reeditado en 2003 en la editorial Iberoamericana / Vervuert. Interesantes son las páginas 273 y ss. para ver la lectura conceptista de Quevedo.

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