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La industria vence desdenes en Navidades de Madrid y noches entretenidas de Mariana de Carvajal: una forma de recomposición a través del papel de la mujer en la sociedad
La industria vence desdenes in Navidades de Madrid y noches entretenidas by Mariana de Carvajal: A Way of Reconstitution through the Role of Women in Society

Hipogrifo. Revista de literatura y cultura del Siglo de Oro, vol. 9, núm. 2,

Instituto de Estudios Auriseculares

Mónica Acebedo

Universidad de los Andes, Colombia

Recibido: 03/02/2021

Aceptado: 24/06/2021

Resumen: Mariana de Carvajal y Saavedra es una de las pocas novelistas que escribieron y publicaron en el siglo XVII español. La novela La industria vence desdenes presenta una serie de temas que contribuyen al estudio del papel de la mujer en la sociedad. Entre esos se encuentran: la decadencia y el empobrecimiento de una nobleza, al tiempo que surge una burguesía pudiente, que, en cambio, carece, según los nobles, de los verdaderos valores nobiliarios. Son varias las consecuencias de tal situación para la mujer secular, en especial para las viudas, quienes se ven abocadas a asumir una serie de funciones normalmente atribuidas a los hombres.

Palabras clave: Mariana de Carvajal, Siglo de Oro español, La industria vence desdenes , mujeres escritoras.

Abstract: Mariana de Carvajal y Saavedra is one of the few woman novelist who wrote and were published during the 17th century. The novel La industria vence desdenes presents numerous themes that contribute to studies of the role of women in society. Among those it is feasible to find: the deterioration and impoverishment of aristocracy at the same time that a new bourgeoisie increases its economic capacity but, according to the aristocrats, lacks true noble values. There are several consequences of such situation for the women of the century, especially for widows who find themselves forced to assume certain roles usually assigned to men.

Keywords: Mariana de Carvajal, Spanish Golden Age, La industria vence desdenes , Women writers.

La expresión recomposición se escucha con frecuencia en tiempos de dificultades políticas, económicas o incluso de salud pública. Lo mismo que la reinvención, la resiliencia, la necesidad de cambio o la adaptación a nuevas circunstancias. Esos términos resultan perfectamente aplicables al Siglo de Oro español porque el siglo XVII fue una época de crisis políticas, económicas, religiosas y monárquicas. Pero esas dificultades sirvieron, precisamente, para que las artes florecieran y nos proporcionaran una de las mejores producciones culturales de la historia de la literatura española.

En ese sentido, una de las características de la sociedad del momento era la recomposición por efectos de las transformaciones en varias las esferas de la sociedad. Dentro de estos cambios encontramos, por ejemplo, la decadencia y el empobrecimiento de una nobleza, al tiempo que surge una burguesía pudiente que —de acuerdo con esa constante actitud nostálgica de la cultura barroca— carece de los verdaderos valores nobiliarios. De esta manera, el ámbito privado se convierte en un espacio que requiere reconstruirse no solo para adaptarse a la disminución de los ingresos, sino del papel de la mujer en la sociedad.

En este artículo me voy a referir a una de las tres únicas novelistas 1 que escribieron, publicaron y fueron reconocidas durante el Siglo de Oro y que expresa, a través de su literatura, una situación no solo biográfica sino muy común dentro de la sociedad barroca, en especial en el seno de las familias nobles. Es el caso de Mariana de Carvajal y Saavedra.

De Mariana de Carvajal y Saavedra se sabe poco. Serrano y Sanz en sus Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas desde el año 1401 a 1833 es quien mejor se aproxima a unos datos biográficos de la autora; el historiador y crítico literario propone que nació en Jaén a comienzos del siglo XVII. Sin embargo, se desconoce la fecha exacta de su nacimiento y se supone que murió alrededor de 1664 2 . Aparentemente pasó su juventud en Granada, donde se casó en 1635 con Baltasar Velázquez. Sobre don Baltasar, en cambio, sí se sabe que era presidente de la Cancillería Real de hidalgos, lo que sugiere, junto con lo que ella misma consigna en sus novelas, que doña Mariana formaba parte de la aristocracia 3 . En total fue madre de tres hombres y seis mujeres. Esa numerosa familia parece suponer una situación económica precaria, que se agravó más en 1656 cuando don Baltasar muere. Sin embargo, doña Mariana acude al rey (Felipe IV) y le solicita una renta, que en efecto le fue otorgada. Los documentos precisan que le fue concedida una pensión eclesiástica de 200 ducados a uno de sus hijos y también el rey le concedió a su primogénito el hábito de Santiago 4 .

Otro dato sobre la vida de doña Mariana y que se ve fuertemente reflejado en las tramas y desarrollo de los personajes de las novelas es el de haberse convertido en albacea y mentora de todos sus hijos. Esta información se ha podido obtener de la lectura del testamento dejado por don Baltasar; y si bien era una situación frecuente en la época, resulta original la manera como le otorga el poder tradicional que radica en los hombres a muchos de sus personajes femeninos que al igual que ella son viudas; que son nobles, pero tienen una situación económica complicada. Precisamente, se extraen aspectos biográficos de la autora a partir de pleitos y litigios, casi siempre relativos a su supervivencia y a la de sus hijos 5 .

La autora escribió solamente una obra (por lo menos que se conozca): Navidades de Madrid y noches entretenidas, en ocho novelas que se publicó en 1663. Por lo tanto, la escritura y publicación se llevó a cabo después de la muerte de don Baltasar. De hecho, no se tiene prueba alguna de que la autora hubiera escrito algo, o hubiera participado en academias o en justas literarias —como sí lo hizo, por ejemplo, María de Zayas 6 — antes de la publicación de sus novelas. Pero la situación económica precaria, que se puede comprobar por la petición expresa al rey, junto con la muerte de su marido y la publicación de su colección de novelas, ha llevado a la conclusión de que Mariana de Carvajal buscaba en la escritura de novelas un sustento económico para su numerosa familia.

De ser verdadera esta situación, supone algo bien interesante desde la perspectiva de la escritura femenina, pues no era usual ni que una mujer escribiera y mucho menos que su sustento familiar proviniera de la escritura profesional. Es más, de por sí en el siglo XVII, a pesar de la proliferación literaria, era difícil que cualquier escritor que no tuviera el apoyo de un noble rico pudiera derivar su sustento solamente de las ganancias por las licencias para la venta de sus libros. De esta manera, se cree que no son suficientes las especulaciones sobre la autora como para afirmar que fue por su viudez y decadencia económica por lo que la autora decide escribir.

De todas formas, e independientemente de que en realidad lograra el sustento económico con su colección de novelas, la viudez sí puede haber constituido un elemento que le proporcionara una libertad de escribir, que, estando casada, tal vez no hubiera logrado. Rodríguez Cuadros y Haro Cortés en la introducción a la antología de las tres novelistas españolas del siglo XVII, Entre la rueca y la pluma (Mariana de Carvajal, María de Zayas y Leonor de Meneses) sostiene que la viudez puede constituir una forma de construcción de «una habitación propia» 7 . Esto, a mi modo de ver, es una manera de reconstrucción de un espacio vital.

Ahora bien, su biografía se articula no solo con el relato que sirve de marco sino también con la novela inserta, La industria vence desdenes, en la cual plantea el sustento a partir de la producción de arte y de trabajos manuales. Se nota una conciencia por parte de la autora de una aristocracia venida a menos y una situación cortesana general en crisis de la que ella evidentemente es parte.

Desde la perspectiva narrativa presenta un estilo que en apariencia es sencillo, lineal, con un vocabulario natural que ha sido alabado por unos y criticado por otros. No parece incorporar en su discurso una intención querellante sobre las desigualdades a las que se ven abocadas las mujeres, como si lo hacen expresamente sus coetáneas, Leonor de Meneses y María de Zayas. No obstante, la pintura que hace de las mujeres nobles venidas a menos ya sea por la viudez o, ya sea por las andanzas en el juego de sus hijos o maridos, presenta una clara forma de ajustarse a un colectivo diferente.

Así mismo, una de las mayores riquezas de la colección de novelas de Mariana de Carvajal es la forma como resalta el papel de la mujer de su sociedad. Son varias las mujeres que se ven representadas tanto en las novelas como en el marco; las solteras casaderas (hijas de viudas o huérfanas); las viudas (las más importantes); las religiosas (en particular en La industria vence desdenes); las criadas y las esclavas negras (que rara vez son dibujadas por los hombres); las madres y las casadas también aparecen (aunque mucho menos).

En el prólogo se dirige al lector con una dedicatoria que incluye varios de los ya conocidos tópicos del Barroco; falsa modestia: «perdonando los defectos de una tan mal cortada pluma»; pide disculpas por el atrevimiento: «aborto inútil de mi corto ingenio»; además, ofrece más obras de las que incluye la colección: «hallarás mayores deseos de servirte con un libro de doce comedias». Pero, también en su ofrecimiento al lector, específicamente advierte que se trata de novelas de entretenimiento: «Y pues se dirigen a solicitar gustosos y honestos entretenimientos en que diviertas las perezosas noches del erizado invierno…» 8 .

Se presenta como viuda y de paso a su huérfano:

[…] te presento una viuda y un huérfano: obligación precisa de un pecho noble el suavizar tan penoso desconsuelo, pues el mayor atributo de que goza la nobleza es preciarse de consolar al triste, amparar al pobre y darse por bien servido del siervo humilde que, deseoso de lograr sus mayores aciertos, sirve con amorosa lealtad a su estimado dueño, apadrinada de tan conocidas verdades 9 .

Es como si expresamente a través de sus novelas complementa la petición de apoyo que previamente le ha hecho a Felipe IV, y además pide a los nobles que vayan a leer sus libros y a pagar por ellos.

El marco de Navidades de Madrid y noches entretenidas mantiene no solamente el esquema heredado de Boccaccio sino de varios novelistas anteriores a Carvajal como Castillo y Solórzano o María de Zayas. Es decir, se trata de un grupo de personas, todas de familias de alta alcurnia, que toman la decisión de pasar unas noches agradables de música, danza y relatos durante las frías tardes navideñas. Doña Lucrecia de Haro vive en una elegante casa de Madrid y recientemente ha quedado viuda. Los residentes de su casa, entre los que se encuentra doña Juana, también viuda, le proponen al resto de los habitantes de la casa la organización de un sarao para que doña Lucrecia entretenga la pena por la reciente muerte de su marido. No se aleja Carvajal del esquema de la novela corta de temática amorosa, que mantiene en los dos niveles narrativos y que con frecuencia se articulan entre sí.

La novela La industria vence desdenes es la séptima novela del sarao, narrada por la viuda Juana, quien desde el principio advierte que se trata de «un suceso de una dama toledana que en algún modo servirá de ejemplar para que estas señoras no sean mal acondicionadas, pues sucede muchas veces que las mujeres terribles pierdan su ventura, o ya que la tengan vivan casadas» 10 . Es tal vez una suerte de proyección de la misma autora, a partir de su propia experiencia de viuda que se ve en la necesidad de superar los tropiezos económicos y, además, ejercer el poder sobre sus hijos.

Afirma Evangelina Rodríguez Cuadros: «El espacio novelesco se puebla de la sombra de lo que fue la nobleza aristocrática española condenada a sobrevivir en unas condiciones de menesterosidad que les hacen aceptar principios seudoburgueses» 11 .

La técnica es la usual de la novela corta barroca que, como sugiere la misma Evangelina Rodríguez Cuadros prefiere el «método panorámico de narración frente al modo dramático, es decir, encauzando la narración no tanto en el diálogo como en la descripción pormenorizada…» 12 ; y, en términos del lenguaje, se trata de un relato que incluye vocabulario coloquial, dichos de las esclavas y criadas y al mismo tiempo, las traqueadas referencias a los mitos griegos.

Las descripciones son muy minuciosas, tal vez siguiendo el juicioso ejemplo que dejara Lope de Vega en las Novelas a Marcia Leonarda, en particular en La desdicha por la honra cuando afirma: «Pues sepa vuesa merced que las descripciones son muy importantes a la inteligencia de las historias, y hasta agora yo no he dado en cosmógrafo por no cansar a vuestra merced…» 13 .

Ahora bien, desde la perspectiva de la voz narrativa, el hecho de que la narradora sea doña Juana es significativo; ella es la otra viuda que vive en la casa de doña Lucrecia, es además la organizadora del sarao y la madre de Leonor, que se convierte en la heroína del marco. Así, se presenta la visión femenina de la narración y de la función ejemplar del relato que da cuenta de lo inconveniente que puede ser el exceso de modestia y discreción. Una de las características principales de la novela es que inicia el recuento dos generaciones más arriba de la de los protagonistas de la trama novelesca. Doña Mariana de Carvajal pretende exponer una situación de decadencia que vive la nobleza; por eso, enfatiza en el origen de cuna.

Cuenta doña Juana al inicio del relato:

En la ciudad de Úbeda vivía un caballero llamado don Fernando de Medrano. Gozaba un corto mayorazgo que llamaban vínculo. Casóse con una dama de igual a su calidad, tan hermosa que la sirvió de dote su belleza. […] Al poco tiempo de casados parió dos criaturas […] al niño le pusieron Pedro […] y a la niña Jacinta. […] Y llegóse el tiempo de aprender las urbanidades que deben saber las personas principales. Les dieron maestros suficientes, y pareciéndole a don Fernando que no tenía dote igual a su calidad para casar a su hija, le enseñó todo el arte de la música, para que a título de corista gozara en un convento las conveniencias acostumbradas 14 .

Luego la narración cuenta que don Pedro también se entregó a la Iglesia, que no tenían dinero y que después de la muerte de sus padres saca a Jacinta del convento, que la logra dotar a punta de vender su propio arte y que consigue escalar en la jerarquía eclesiástica a pesar de no tener los dineros suficientes. Pero en todo momento la narración es explícita en la importancia de las maneras, del decoro y de la sangre noble, que a pesar de la precariedad económica logra emerger.

Para la autora es mucho más importante el verdadero noble que uno construido recientemente a partir del dinero. El auténtico noble tiene en su sangre los valores caballerescos y por eso ella resalta esta situación que viven los aristócratas de tradición. Han perdido el dinero y, precisamente, en el caso de don Fernando, la única forma que tiene para no mancillar su honra es que sus hijos (que ya no disponen de recursos para continuar su tradición aristócrata) se retiren a la Iglesia. Precisamente por eso la autora recurre a todos los antepasados de don Jacinto para demostrar que éste es un verdadero noble que, al igual que su abuelo Fernando, ha tenido que sufrir las desventajas de una nobleza empobrecida, pero que gracias a las peripecias de su tío Pedro regresa al lugar estamental que le corresponde.

No obstante, don Pedro logra recuperar su estatus a partir de la venta de sus obras. En ese sentido dice Evangelina Rodríguez Cuadros: «La cultura o el ejercicio de un arte liberal se convierten por primera vez en la novela española, de la pluma de una mujer, en un modo consciente de asenso, de recuperación de un protagonismo social» 15 . Pero no solamente se ve este tema del arte liberal como mecanismo emergente en la actividad artística de don Pedro; de igual manera, don Fernando le ha enseñado a su hija música y le ha dado estudios de varias disciplinas ya que no la podría dotar; además, la vecina de don Pedro, que también es una viuda noble empobrecida, hace bordados para sobrevivir.

Nieves Romero-Díaz en su libro, Nueva nobleza, nueva novela: reescribiendo la cultura urbana del barroco, afirma que esa nobleza que está en crisis es de todas maneras muy cambiante y es necesario adecuarse a diversas circunstancias: «Ni la virtud ni la cortesía son valores de definición nobiliaria que se mantienen estables a lo largo de la historia. Por el contrario, su significación cambia y se adapta según las circunstancias históricas y socioculturales en las que aparecen» 16 . Es decir, Carvajal es consciente de la decadencia nobiliaria y de sus consecuencias, pero al mismo tiempo y de manera muy recursiva, dibuja unos personajes que a partir de la nostalgia y miedo al engaño que caracteriza al hombre barroco, logran un nuevo esquema nobiliario a partir de sus actos. Además, se trata de un desajuste sociocultural; es decir, hay añoranza no solo por la vida aristocrática sino por la falta de dinero. Equivale a tener que enfrentar la realidad porque las aspiraciones cortesanas no se ajustan con la realidad. Esto es novedoso y más aún en manos de una mujer escritora.

En suma, los preceptos que parece querer impartir doña Mariana son varios: (i) los verdaderos valores de la nobleza tradicional (aun cuando está empobrecida) priman sobre la vulgaridad de una clase nueva emergente; (ii) la segunda lección es llamar la atención de la situación en la que quedan las viudas en el contexto del descenso económico nobiliario en una España en crisis; (iii) otra enseñanza es sobre el exceso de recato y, por último, (vi) muestra el peligro del vicio del juego, culpable en gran medida de las pérdidas económicas de varias de las familias que se ven representadas por doña Mariana.

Astrid Ritterbach en su tesis doctoral titulada La obra de Mariana de Carvajal, novelista del siglo XVII se refiere a este tema así: «Un vicio que ataca varias veces es el del juego. Casarla con un marido jugador era lo peor que le podía pasar a una hija. Llevaba siempre a la ruina económica de toda la familia. Dona Mariana subraya el sufrimiento que significa esto para la mujer y los hijos» 17 . Justamente esos trazos que aparecen como palimpsestos deliberados son los que han llevado a ciertos críticos a alejarse de la supuesta simpleza narrativa y a proponer, en cambio, una incursión en la modernidad y al mismo tiempo reconstruir el espacio de unas expatriadas de la nobleza y confinadas a un nuevo recinto burgués.

Termino con una cita de Catherine Soriano en «Tópico y modernidad en La industria vence desdenes de Mariana de Carvajal»:

En definitiva, doña Mariana de Carvajal demuestra en sus Navidades que la literatura enseña a vivir y que la gratuidad es la única moneda del arte, anticipando el consejo de Gustave Flaubert a su amiga Louise Collet: «¡Lee para vivir!». Ahí radica su modernidad y su universalidad 18 .

Bibliografía

Carvajal y Saavedra, Mariana de, Navidades de Madrid y noches entretenidas, en ocho novelas, Madrid, Comunidad de Madrid (Consejería de Educación y Cultura), 1993.

Jiménez, Lourdes Noemi, La novela corta española en el siglo XVII: María de Zayas y Sotomayor y Mariana de Carvajal y Saavedra, Diss., Amherts, University of Massachusetts / UMI Services, 1990.

Ritterbach, Astrid, La obra de Mariana de Carvajal, novelista del siglo XVII , Diss., Vancouver, University of British Columbia, 1984, En: Consultado el 12 de julio de 2021.

Rodríguez Cuadros, Evangelina, y Haro Cortés, Marta, «Introducción» a Entre la rueca y la pluma: Novela de mujeres en el Barroco, María de Zayas, Leonor de Meneses y Mariana de Carvajal, ed. Evangelina Rodríguez Cuadros y María Haro Cortés, Madrid, Biblioteca Nueva, 1999, pp. 11-118.

Romero-Díaz, Nieves, Nueva nobleza, nueva novela: reescribiendo la cultura urbana del barroco, Newark, Juan de la Cuesta, 2002.

Ruiz-Gálvez Priego, Estrella, «Prólogo», en María de Zayas y Sotomayor, Obra narrativa completa, Madrid, Fundación José Antonio de Castro, 2001, pp. IX-XL.

Serrano y Sanz, Manuel, Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas, desde el año 1401 al 1833, Tomo I, Primera parte, Madrid, Atlas, 1975.

Soriano, Catherine, «Prólogo», en Mariana de Carvajal y Saavedra, Navidades de Madrid y noches entretenidas, en ocho novelas, Madrid, Comunidad de Madrid (Consejería de Educación y Cultura), 1993, pp. IX-XXI.

Soriano, Catherine, «Tópico y modernidad en La industria vence desdenes de Mariana de Carvajal», en Actas AISO IV, ed. María Cruz García de Enterría y Alicia Cordón Mesa, Alcalá, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá de Henares, 1998, vol. II, pp. 1537-1546.

Vande Brake, Shane Elizabeth, FeminineModesty as a Thematic and Structural Principle in Mariana de Carvajal y Saavedra’s «Navidades de Madrid y noches entretenidas», PhD Diss., Knoxville, University of Tennessee, 2004.

Vega y Carpio, Félix Lope de, Novelas a Marcia Leonarda, ed. Antonio Carreño, Madrid, Cátedra 2002

Notas

1. Además de Mariana de Carvajal y Saavedra, también escribieron novelas María de Zayas y Sotomayor y Leonor de Meneses.

2. Serrano y Sanz, 1975, p. 238.

3. Serrano y Sanz, 1975, p. 236.

4. Vande Brake, 2004, p. 1.

5. Jiménez, 1990, p. 142.

6. Estrella Ruiz-Gálvez Priego en la introducción de la Obra narrativa completa menciona que existen testimonios que confirman que María de Zayas formaba parte de las academias literarias (2001, p. X).

7. Rodríguez Cuadros y Haro Cortés, 1999, p. 72. Habitación propia es un ensayo de Virginia Wolf, publicado en 1929 sobre la labor de la mujer escritora.

8. Carvajal y Saavedra, Navidades de Madrid y noches entretenidas, p. 5.

9. Carvajal y Saavedra, Navidades de Madrid y noches entretenidas, p. 5.

10. Carvajal y Saavedra, Navidades de Madrid y noches entretenidas, p. 133.

11. Rodríguez Cuadros, 1999, p. 103.

12. Rodríguez Cuadros, 1999, p. 108.

13. Lope de Vega, Novelas a Marcia Leonarda, p. 208.

14. Carvajal y Saavedra, Navidades de Madrid y noches entretenidas, p. 134.

15. Rodríguez Cuadros, 1999, p. 103.

16. Romero-Díaz, 2002, p. 167.

17. Ritterbach, 1984, p. 55.

18. Soriano, 1998, p. 1545.

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